El voto latino debutó este año como la mayor minoría en el electorado de Estados Unidos y contrario a lo que se podía creer contribuyó a la victoria clave del presidente Donald Trump en el estado de Florida.
Por El Universo
“Esta elección la decidirá el voto latino”, afirmó días atrás María Teresa Kumar, presidenta de Voto Latino, organización sin ánimo de lucro que incentiva la participación electoral entre la comunidad hispana.
Juliana Cabrales, de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos y Designados (Naleo), estimó que el número de latinos en esta elección habría superado los 15 millones, por encima de los cálculos iniciales de esa organización, aunque lejos de los 32 millones que el Centro Pew estimaba que tenían la opción de votar y que los convertía en el segundo mayor grupo en el electorado, tras los blancos.
“Los latinos forman uno de los grupos electorales con mayor participación”, agregó Cabrales y dijo que “el voto de los latinos con edades entre 18 y 31 años de edad se incrementó un 300 % desde 2016”.
Para Arturo Vargas, presidente de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Nombrados (Naleo), si bien hay muchos votos por contar en la elección presidencial, cualquiera que sean los resultados se debe tener claro que los latinos salieron a votar en número récord.
“La histórica participación de los latinos jóvenes señala que la próxima generación de la segunda minoría más numerosa del país y del electorado está comprometida e involucrada, y ansiosa por hacerse escuchar”, agregó.
En esta elección, el Partido Demócrata se confió mucho en que esta movilización del voto latino le ayudaría en la coalición con los votantes afroamericanos, los sindicatos, las organizaciones de mujeres, los defensores del medioambiente y la población con educación superior para vencer al trumpismo, que concentra mayormente el voto blanco, masculino y de clase trabajadora.
Sin embargo, su estrategia no resultó en todo el país por igual. Las primeras encuestas tras la votación arrojaron que Trump obtuvo una proporción mayor del voto latino en el condado de Miami-Dade, donde reinan los votantes cubanoestadounidenses.
Para Andrea Mercado, directora de New Florida Majority, las proyecciones que daban a Trump ganador en el estado no se ajustaron a las expectativas que tenían los grupos sociales, pero reconoció la gran participación que tuvieron.
Un sondeo de opinión divulgado por la cadena CNN el martes de noche señala que en Florida Trump recibió casi el 50 % del voto latino, comparado con el 35 % que conquistó en 2016.
En ese estado del sur, los cubanos, venezolanos y nicaragüenses son muy numerosos en la población hispana y susceptibles a la propaganda “anticomunista” que desplegó la campaña de Trump.
Los cubanos que votaron por el presidente Donald Trump alegan que lo hicieron con la esperanza de conseguir cuatro años más de presión al Gobierno de Cuba.
“Este régimen (el de Cuba) solo sale del poder con presión sostenida”, afirma Orlando Gutiérrez, dirigente de Directorio Democrático Cubano, organización en la Asamblea de la Resistencia Cubana.
El exilio cubano ha recobrado fuerzas desde que Trump llegó en 2016 y comenzó a desmantelar la normalización de relaciones con Cuba anunciada en 2014 por Barack Obama en acuerdo con el entonces presidente Raúl Castro.
En Florida, en el condado de Miami-Dade, no solo los cubanos votaron por Trump, lo hicieron también los venezolanos, nicaragüenses, colombianos y otros latinos que lo ven como un luchador directo contra el socialismo.
En tanto, además de los latinos, la votación también contó con una alta participación de los afroamericanos.
Brianna Brown y Michelle Tremillo, del grupo Texas Organizing Project, pusieron de relieve la “masiva participación” en Texas de los afroamericanos, más de un millón de ellos, según sus cálculos, y de los que el 70 % fueron mujeres de esta comunidad.