Un día después de que se declarara su victoria, el equipo del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, reveló este domingo sus planes para la transición de poder, con la pandemia, la recuperación económica, la desigualdad racial y la crisis climática en lo más alto de sus prioridades.
Tras su discurso de la victoria el sábado por la noche, en el que se presentó como el presidente que quiere sanar las heridas de EE.UU. para acabar con la polarización, Biden y su equipo lanzaron la página web oficial de la transición, en la que dieron detalle de sus planes, pese a que el presidente saliente, Donald Trump, todavía no ha reconocido su derrota.
De hecho, no está claro si los diferentes equipos del mandatario electo tendrán acceso a las principales agencias federales debido a que Trump sigue insistiendo, sin pruebas, en un fraude electoral.
Aun así, Biden y la vicepresidenta electa, Kamala Harris, ya han adelantado que se preparan para “liderar desde el día uno” la estrategia para afrontar los retos más urgentes.
RÁPIDO Y DE MANERA AGRESIVA FRENTE A LA PANDEMIA
Respecto a la pandemia, el equipo del demócrata marca una línea muy distinta frente a la gestión de la Administración de Trump, ya que asegura que el Gobierno federal actuará “rápido y con agresividad”.
EE.UU. es el país del mundo más afectado por el coronavirus y se aproxima ya a los 10 millones de casos, con más de 237.00 fallecidos, según los datos de la Universidad Johns Hopkins.
Biden hace hincapié en que “escuchará la ciencia” y que las decisiones sobre salud pública serán explicadas por profesionales del sector, además de promover la transparencia y confianza en su futuro Ejecutivo.
Este tono es bastante diferente al impuesto por Trump en tiempos de pandemia, en los que contradijo y puso en duda las recomendaciones de los expertos, e incluso llegó a reconocer que había minusvalorado adrede la gravedad de la covid-19 en los primeros meses para que no cundiera el pánico.
El equipo de transición del que fuera vicepresidente de Barack Obama (2009-2017) publicó un plan preliminar con siete puntos para atajar la crisis sanitaria.
TODOS CON MASCARILLA
Para empezar, Biden tiene intención de ordenar el uso de la mascarilla a nivel nacional, en colaboración con los gobernadores y los alcaldes. Otro contraste con Trump que se negó a usar mascarilla en público durante meses y acabó contrayendo la covid-19 en octubre, e incluso llegó a burlarse del demócrata por utilizarla.
Otros puntos del plan son garantizar el acceso de gratuito a los tests de la enfermedad; solucionar los problemas con los equipos de protección individual (EPI); y proporcionar recomendaciones “claras, coherentes y basadas en pruebas” sobre cómo cada comunidad debe afrontar la pandemia y que los recursos lleguen a las escuelas, pequeños negocios y familias.
En este apartado destaca que la distancia social es fundamental para lograr acabar con la proliferación de la covid-19.
Otros ejes serán la distribución “efectiva” de los tratamientos y de las futuras vacunas, con una inversión de 25.000 millones de dólares para la fabricación y reparto de estas últimas; además de una serie de medidas para proteger a los mayores; y “reconstruir y expandir las defensas para predecir, prevenir y mitigar las amenazas de la pandemia, incluidas las que vienen de China”.
Aquí el plan marca el restablecimiento “inmediato” de la relación con la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la que Trump retiró al país: El equipo de Biden reconoce que ” (la OMS) no es perfecta” pero que resulta esencial para coordinar una respuesta global, cuando en el mundo hoy se han rebasado los 50 millones de casos.
Al hilo de estos planes, Biden tiene previsto anunciar mañana, lunes, la formación de un grupo de trabajo para combatir la expansión del coronavirus, con la presencia de científicos, después de basar su campaña en las críticas al manejo de Trump de la pandemia.
Otra de sus prioridades es la recuperación económica, que pasa por “un estrategia real frente a la pandemia” y la creación de un nuevo modelo, ya que en su opinión el antiguo tiene “debilidades estructurales y desigualdades que todavía existen”.
SIN NOTICIAS DEL PAQUETE DE ESTÍMULO
En el aspecto económico en ningún momento menciona explícitamente el segundo paquete estímulo que lleva meses negociándose entre la Casa Blanca de Trump y los demócratas del Congreso, sin que las conversaciones hayan llegado a buen puerto, después de un primer rescate aprobado en marzo de 2,2 billones de dólares, el mayor de la historia de EE.UU.
No obstante habla de ampliar la prestación por desempleo, de crear nuevos puestos de trabajo en tareas relacionadas en la lucha contra la covid-19 y de ayudas a los pequeños negocios y los emprendedores.
En cuanto a las desigualdades raciales, llaman la atención las medidas para acabar con la violencia policial frente a los afroamericanos, como dejar de proporcionar “armas de guerra” a los agentes, una comisión que supervise el comportamiento de los efectivos a nivel nacional y una prohibición federal de las inmovilizaciones por el cuello.
En los últimos meses EE.UU. ha sido escenario de una ola de protestas raciales por la muerte en mayo del hombre de raza negra George Floyd en Mineápolis (Minesota), que fue asesinado por un policía blanco que presionó la rodilla 8 minutos y 46 segundos contra su cuello.
Para encarar la crisis climática, Biden se ha propuesto liderar el mundo en esta causa.
Aparte de regresar al Acuerdo del Clima de París (la retirada de EE.UU. de este pacto se hizo efectiva el miércoles, dos años después de que Trump lo decidiera), algo que ya había anunciado anteriormente Biden, el demócrata se compromete a que EE.UU. estará en “el camino irreversible” de lograr cero emisiones no más tarde de 2050.
EFE