El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo también se da tiempo para la moda. Esta semana concluyó su propuesta de moda en un evento anual denominado Nicaragua Diseña, que lo fundó y dirige desde hace nueve años Camila Ortega Murillo, hija de la pareja gobernante.
Por infobae.com
La actividad se realizó pese a la crisis política y social que vive el país, a la inminente llegada del huracán Eta, que tocó costas nicaragüenses este martes, y a la crisis sanitaria por COVID-19 que ya alcanza 155 muertes, según cifras oficiales, y 2780 muertes, según el Observatorio Ciudadano, una organización multidisciplinaria que de forma anónima lleva un conteo paralelo sobre el impacto de la pandemia en Nicaragua.
En Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega mantiene un estado de sitio de hecho desde abril 2018, cuando una rebelión ciudadana se tomó las calles y exigió su salida del poder. La Policía nicaragüense está dedicada principalmente a asediar opositores, a quienes se les impide incluso reunirse con miras a organizarse para las elecciones generales previstas para noviembre de 2021.
El gobierno está señalado de crímenes de lesa humanidad por expertos en derechos humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA) que evaluaron “in situ” el conflicto en 2018, y más de una veintena de sus funcionarios están sancionados por los gobiernos de Estados Unidos y Europa por violaciones a los derechos humanos.
Tantas crisis unidas, sin embargo, pasaron factura a Nicaragua Diseña, que esta vez solo registró la participación de 27 diseñadores nicaragüenses. Otros dos diseñadores extranjeros presentaron sus propuestas de moda de forma virtual. El año pasado habían participado más de 100 diseñadores, según el anuncio oficial.
Nicaragua Diseña se define en su página oficial como “la plataforma más importante de diseño, arte y moda que promueve e impulsa el talento nicaragüense”, y es un evento que lleva de principio a fin el sello de la familia Ortega Murillo.
Rosario Murillo, esposa de Daniel Ortega y vicepresidenta del país, lo anunció el día de su inauguración en sus alocuciones oficiales del mediodía. “Compañeros, queremos también informar que, hoy 30, y para mañana 31, y para el primero de noviembre, se desarrolla en el (centro de convenciones) Olof Palme la novena edición de Nicaragua Diseña. Tenemos ante nosotros el talento, la creatividad de las pasarelas”, dijo al tiempo que agradeció a las “instituciones de gobierno y empresas que patrocinan”, dijo.
El entramado familiar va más allá de una actividad patrocinada por el Estado, cuya dirección está a cargo de una hija de la pareja gobernante. Nicaragua Diseña tiene un acuerdo de colaboración con la Fundación Incanto, que dirige Laureano Ortega Murillo, otro de los hijos de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Incanto es una organización fundada en 2015 y dedicada a promover la ópera en Nicaragua.
El portal informativo Artículo 66 determinó que, en los tres años posteriores a su fundación, Incanto recibió un total de 8,3 millones de córdobas (unos 250 mil dólares) del presupuesto público, destinados al pago de boletos aéreos, viáticos, salarios y alimentación y hospedaje de los maestros italianos invitados a los festivales puccinianos que organiza.
Y hay más. Este año debutó como diseñadora la exreina de belleza Xiomara Blandino, esposa de Juan Carlos Ortega Murillo, otro de los hijos de la pareja gobernante, mientras su exesposa, Idania Castillo, codirectora de la Cinemateca Nacional, es una de las organizadoras del evento.
Una de las pasarelas más comentadas fue la denominada “Bocetos de un avatar”, del artista plástico que debutó como diseñador de moda emergente, Ariel Aguirre. “Bocetos de un Avatar es una colección que consta de 13 piezas inspiradas en la película Avatar y en la naturaleza, las plantas, el planeta, fantasías, la magia”, dice su creador.
Su agresiva propuesta artística en la que se vio a modelos con estructuras geométricas sobre sus cabezas, provocó una lluvia de memes en las redes sociales. Uno de los memes más virales fue el que mostraba a una modelo “vestida” con una estructura que para algunos recordó al recién caído puente de Cuisalá, inaugurado con gran pompa por el gobierno de Ortega en el departamento de Chontales.
“Ariel Aguirre plasmó su habilidad en la plástica para despertar una conciencia amigable con nuestro planeta. Es una Exposición de arte móvil escultura en cuerpo humano. ¡Impresionante!”, explicó la página oficial.
“Están proponiendo un concepto, una idea revolucionaria de la idea creadora, pero lo que yo percibo es a un artista que recurre a una herramienta burda para crear impacto y llamar la atención, sin concepto claro, sin un norte definido, sin una estética clara o que cuente con detalle una historia creíble”, comentó, a condición de anonimato, un diseñador nicaragüense a Infobae.
“Pretende llamar la atención y lo logra, pero cómo en todos los casos, para arrancar burlas y críticas. Pasa aquí y pasará en todos lados”, agrega.
Sobre el evento en general consideró que es “un penoso y vergonzoso esfuerzo de parte de quienes no saben hacer moda por acercarse a un rubro que su ideología crítica como “gustos burgueses”, una contradicción chistosa y estrafalaria, típica de las producciones que salen de El Carmen (Casa presidencial)”.
Camila Ortega, de 33 años, fue modelo aficionada, y como la mayoría de los hijos de la pareja presidencial de Nicaragua, ha llevado su pasatiempo a grandes actividades patrocinadas por el Estado. Camila creó hace nueve años, y dirige desde entonces, a Nicaragua Diseña, el festival de moda más grande del país; Laureano, 38 años, tenor, creó y dirige la Fundación Incanto, y es la estrella de los festivales que organiza; y Juan Carlos, 39 años, aficionado al rock y al cine, dirige la agencia de producción audiovisual Difuso (sancionada recientemente por el gobierno de Estados Unidos), cuyo principal cliente es el Estado, y pertenece a una banda de rock llamada Ciclo. En 2015 el Ministerio de Turismo de Nicaragua destinó 400.000 dólares para financiar una comedia romántica-sexual para adultos (Drunk Wedding), de Paramount Pictures, en cuyo rodaje participó este último hijo de Ortega y Murillo.
La periodista e investigadora social, Sofía Montenegro, consideró que “en el caso de los hijos de Ortega, lo que hay es abuso de poder y delito de malversación, puesto que utilizan su poder como hijos de la pareja dictatorial, ejercen como asesores de sus padres, y utilizan fondos públicos e instituciones del Estado, para promover sus hobbies y el clientelismo político del régimen”.