El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, mantuvo su rutina del domingo al acudir a misa en una iglesia cerca de su casa en Wilmington (Delaware), un día después de haber dado su discurso de victoria en las elecciones presidenciales del pasado martes tras un agónico conteo en el que se impuso al republicano Donald Trump.
Biden, católico practicante, asistió junto a su hija Ashley y su nieto Hunter a la iglesia de Saint Joseph on the Brandywine, en Wilmington, su lugar de residencia.
Como suele ocurrir, el ya presidente electo salió del templo antes del final del servicio para evitar alterar al resto de los feligreses dada la gran cantidad de periodistas y su séquito de seguridad.
Poco después, se dirigió a un cementerio cercano donde se encuentran enterrado su hijo Beau, así como su primera esposa, Neilia, y su hija Naomi.
Biden no tiene previstos más actos públicos en la jornada.
Por otro lado, anunció este domingo el lanzamiento de su equipo de transición junto a la vicepresidenta electa, Kamala Harris, y que estará centrado en los principales desafíos actuales del país: encarar la pandemia del coronavirus, recuperación económica, avanzar en la equidad racial y el combate a la crisis climática.
Biden, quien fue vicepresidente entre 2009 y 2017 del Gobierno de Barack Obama, se presentó en su discurso de la victoria como el líder conciliador que buscará acabar con la polarización en el país.
La proyección del triunfo del veterano político demócrata llegó después de casi cuatro días de agónica espera, mientras los estados contaban el récord de papeletas enviadas por correo en las elecciones con más participación de la historia de EE.UU. EFE