Una situación “muy muy grave”. Con esas palabras la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, comunicó la decisión de su país de sacrificar a 17 millones de visones por una mutación del coronavirus que podía propagarse a los humanos.
Por La Nación
Frederiksen explicó que el virus mutado representaba un “riesgo para la eficacia” de una futura vacuna contra la Covid-19. Sin embargo, durante una conferencia de prensa, el ministro de Sanidad danés, Magnus Heunicke, aseguró que aún no había datos de que dicha mutación causara síntomas más graves de Covid-19.
En concreto, este cambio genético se produce en una parte del virus conocida como proteína espiga, importante para la inmunidad y objetivo de futuras vacunas y tratamientos.
A los científicos daneses les preocupa que esta mutación específica es menos sensible a los anticuerpos protectores, poniendo en riesgo la efectividad de una vacuna futura.
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