Tradicionalmente la cercanía de la temporada navideña, es motivo de alegría y bienestar para las familias Venezolanas, las razones se sustentan en que se reciben a través del pago de aguinaldos entre dos y tres meses adicionales. Lo cual se reflejaba años atrás cuando el poder adquisitivo mantenía su capacidad de compra, dándole a las familias los recursos suficientes para adquirir sus necesidades de alimentos, ropa, zapatos y cualquier otro bien que desearan adquirir, lo cual unido a las múltiples ofertas de todo lo que quisiéramos obtener con competencia de precios y calidad le daban a los consumidores distintas alternativas para escoger la mercancía que llevaría. Hoy a pesar de los múltiples incrementos salariales así como los beneficios recibidos por las misiones o cualquier otro plan de asistencia pública, lo que observamos es que los montos sumados no permiten poder adquirir una parte significativa de las necesidades familiares, al encontrarnos en un proceso inflacionario que diluye el poder adquisitivo y el consumo.
VICENTE BRITO
Las limitantes que nos afectan en nuestra capacidad de compra no le permite a un alto porcentaje de las familias adquirir los productos que deseen, el factor precio luce ahí marcado en todos los artículos que se exhiben en abundancia en los distintos establecimientos comerciales, los precios están reflejados en dólares ya que la gran mayoría de estas mercancías son de procedencia importada. Al observarse que buena parte de la producción nacional de ropa, zapatos, juguetes, etc. han reducido su actividad productiva, con sus efectos en la poca oferta de productos nacionales que se observa en los comercios.
Cuando comparamos años atrás los montos de aguinaldos recibidos en bolívares y su equivalente en dólares, estos nos permitían cubrir buena parte de nuestras necesidades, donde cada quien se ajustaba a los ingresos percibidos y lo que se disponía a adquirir, que incluía buena parte de lo que deseábamos comprar desde los ingredientes de las tradicionales hallacas a ropa, zapatos y cualquier otro imprevisto. Actualmente aunque se observa muchos productos en exhibición el poder adquisitivo de años atrás se ha reducido en términos reales a un 5% al compararlo con 1999 como resultado de la hiperinflación que nos afecta. Sus efectos están a la vista y lo podemos observar cada vez que necesitamos adquirir algún producto.
Se anuncia de la parte oficial el otorgamiento de bonos navideños así como de un incremento de estos al aumentar varias veces el salario mínimo, lo cual unido a las entregas de cajas Clap y el pernil navideño, les va a mejorar a las familias su capacidad de consumo al tener los ingredientes para las hallacas. La experiencia de años anteriores es que el número de familias beneficiadas no alcanza a cubrir una parte significativa de los que conformamos el total nacional de habitantes.
La pregunta que se hacen los venezolanos es si esos recursos destinados para el pago de estos incrementos vendrán del Banco Central, cuyo resultado será un mayor crecimiento de la masa monetaria con un mayor incremento inflacionario, por estas razones estos beneficios no serán efectivos en mejorar la capacidad de compra al ser diluidos por el aumento de los precios.
La cantidad de bolívares en circulación se estiman alcanzarán antes de fin de mes los 400 billones de bolívares, lo que demuestra que el Banco Central seguirá aportando todos los bolívares necesarios para sostener el creciente gasto público, Lo cual nos indica que la temporada navideña estará afectada por el mayor proceso inflacionario de nuestra historia petrolera. Con sus efectos en la capacidad de compra de las familias.