El impacto que causa el video de la charla, que el ex técnico nacional de “la vinotinto” Rafael Dudamel tuvo con uno de nuestros sub 20 de aquel entonces, es tremendo. La fiscalía de la República debería actuar de oficio y abrir una investigación por posibles delitos evidenciados en la escena. Me constriñó el pecho de impotencia. De rabia. Pero de seguro nada pasará y Rafael seguirá abusando de su autoridad en cuanto equipo tenga a bien contratarlo. Así mismo, César Farías fue acusado formalmente de extorsionar a los jugadores para que firmaran con su grupo de representación si querían jugar en la selección de Bolivia.
¿Y eso por qué será?
No lo sé, pero muchas cosas andan mal en la cabeza y el espíritu de quien así actúa. La verdad es que ellos son unos dignos representantes de la ética y la estética imperante en Venezuela. Las personas somos agresivas en el trato con o sin razón de serlo, muchos abusamos de nuestra autoridad y utilizamos nuestra responsabilidad de servicio como un espacio para ejercer nuestra tiranía. No digo que fuera del país no haya gente con estas formas y usos, pero estos dos hombres, son de aquellos que consideramos “exitosos”, “decentes”, “ejemplares”. Lo más grave es el daño moral que hacen a una sociedad estas conductas cuando se presentan en personas que tienen esta profunda y masiva influencia social, en especial sobre aquellos que están en sus edades más tempranas, es decir sobre nuestros niños.
¿Hay antecedentes?
Según Hal Urban la pérdida de la humildad de los individuos de una sociedad tiene penosas consecuencias. Las sociedades que no practican la humildad sino la vanidad y la auto glorificación de los individuos, pierden mucho y ganan poco o nada. En la sociedad norteamericana, se refiere a algunas de las causas: la proliferación de la mediática, bombardeándonos de razones para auto glorificarnos, la nueva verdad de la asesoría centrando todo en el “yo”, líderes de negocios de alto perfil auto glorificándose y glorificando sus estilos de vida, mensajes frívolos de celebridades en el mundo del entretenimiento, fanfarronadas y lenguaje destructivo usado por los atletas. Esto lo señala en su libro editado en 2006: “Choices that change lives”. Señala dos ejemplos de los más dañinos y emblemáticos que, según él, han contribuido a convertir a los Estados Unidos de Norte América en una sociedad de la auto glorificación. Muhammad Ali al cual llena de elogios por lo realizado como atleta en el ring, y al cual señala, sin embargo, como uno de los auto glorificadores más influyentes de la sociedad norte americana. Así mismo, en el ring de los negocios señala a un hombre que logró influir de manera decisiva en esta sociedad (y al día de hoy en todo el planeta). Un hombre que hizo de la publicidad de su estilo agresivo, desconsiderado y auto glorificador una moda y un método de hacer negocios; este hombre es el presidente derrotado en la última elección. Sí mi querido lector, Urban se refería en aquel entonces a Donald Trump.
Potenciados por la mediática se vuelven modelos a seguir y causan daño
Ojalá que en el caso de nuestros técnicos de futbol, puedan ellos mismos reflexionar sobre su importancia para nuestra Venezuela y corrijan lo que tengan que corregir. Ahora bien, nuestros líderes políticos han impuesto su auto glorificación acompañada de un descaro agresivo, un amedrentamiento constante y un maltrato cotidiano totalmente ofensivo y delincuencial. Sigo pensando que hay que cambiar nosotros mismos para cambiar el mundo. Y en el caso de nuestro país, hay que votar y votar y seguir votando, hasta cambiar la realidad.
¿El último partido de Peseiro es contra Chile?
Ojalá que ganemos.
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