El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) presentó nuevamente el documental “Horror tras las rejas”, el cual muestra la triste realidad a la que sobreviven los privados de libertad en Venezuela, esto como parte de la titánica labor que lleva a cabo esta organización no gubernamental de visibilizar las violaciones a los derechos humanos en las cárceles de nuestro país.
En el documental son los propios reclusos y sus familiares quienes desnudan las situaciones por las que atraviesan los internos para mantenerse con vida en estos recintos llenos de violencia y desidia.
Carolina Girón, directora del OVP, en conjunto con Beatriz Vento, coordinadora de la misma organización en el estado Lara, enfatizó que los centros penitenciarios del país son una bomba de tiempo a causa del hambre, el hacinamiento, el nulo acceso a servicios básicos y la falta de atención médica.
Asimismo, recordaron el Portafolio de Propuestas Penitenciarias que fue creado por OVP junto a un grupo de expertos en materia penitenciaria y cuyas recomendaciones han sido ignoradas durante muchos años por el Ministerio de Servicios Penitenciarios.
Por ejemplo, la publicación recomienda “promover la participación de los reclusos en los programas recreativos, culturales y deportivos dentro de las edificaciones penitenciarias y promover la participación de los reclusos en los programas de atención psicológica, deportiva y cultural”. Como es de conocimiento público y tal como se deja evidencia en el documental, la violencia penitenciaria enluta a cientos de familias venezolanas cada año por la falta de voluntad política para poner en marcha las soluciones otorgadas por los expertos.
En el mencionado documental también se ven reflejados varios factores que están vigentes como por ejemplo el retardo procesal, el control de los llamados “pranes”, quienes son los encargados de cobrar para que los reclusos puedan recibir desde alimentos, medicinas y hasta visitas familiares.
En tanto, el área de la salud es quizás uno de los factores más preocupantes para el OVP, pues no hay atención médica para la gran cantidad de enfermos por tuberculosis, VIH y otras patologías, que se tornan aún más complicadas en condiciones de hacinamiento, y el alto nivel de desnutrición de la población penal.
Nota de Prensa