1. Los integrantes de la actual sala constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, TSJ en sentencia del pasado 5 de junio, se volvieron a extralimitar en sus competencias. Esta vez no solo se atrevieron a designar los rectores del Consejo Nacional Electoral en atención a la “instrucción política” del gobierno de Nicolás Maduro y, con ello, violando el 296 constitucional que faculta exclusivamente a la Asamblea Nacional para hacerlo, también le otorgó competencia legislativa que les ha permitido, inconstitucional y antidemocráticamente modificar el sistema electoral.
Una parte importante de mi vida de luchador social y militante de la izquierda la realice como representante del pueblo del estado Zulia en el viejo Congreso Nacional, en la Asamblea Nacional y en el Parlatino. Participe en seis elecciones parlamentarias nacionales y en cinco quede electo diputado, acumule 22 años de brega legislativa. Fue una experiencia que asumí apasionadamente, por tanto, se de lo que escribo y plasmo en este texto con indignación patriótica.
Una elite política autocrática decidida a quedarse en el poder como sea y a costa del sufrimiento del pueblo ha maniobrado para darse un CNE que no es garantía de igualdad, confiabilidad, imparcialidad, transparencia e independencia, así mismo, han decidido, en cumplimiento de acuerdos políticos que le garantizarán “asignar” diputados a la minoría opositora que decidió participar en la elección del 6 de diciembre, inventarse una lista nacional de 48 diputados a otorgar cogollerica e inconstitucionalmente.
2. Primera violación a la Constitución: El artículo 186 establece claramente que los diputados y diputadas a la Asamblea Nacional serán “elegidos en cada entidad federal por votación universal”. Esto es, que en cada estado, la capital de la república y las dos entidades federales, sus pueblos, sus habitantes mayores de edad, eligen sus representantes en el poder legislativo nacional. La designación de 48 diputados desde caracas vulnera descaradamente uno de nuestros principios fundacionales de republica basada en el federalismo. ¿Cómo puede tener legitimidad la presencia de 48 políticos en el hemiciclo de la Asamblea Nacional por los cuales nadie voto en sus respectivos estados como lo ordena nuestra carta magna?
Los diputados de la lista cogollerica del acuerdo de Nicolás Maduro con la Mesa de Dialogo no representarán sino la vieja truculencia para asaltar cuotas de poder sin que el pueblo soberano sea el que decida, es la profundización del partidismo agudo y del fraude electoral como pocas veces hemos visto en las últimos tres décadas, es la imposición de cúpulas que sacrifican el discurso que enarboló alguna vez Hugo Chávez sobre la democracia protagónica y participativa, haciéndolo sin ningún rubor frente a un país que en su oportunidad creyó en ellos. Es, en la quiebra moral de esa clase política la actuación más desvergonzada. Es el asalto a la ética.
La excusa dada por Maduro y la mesa de dialogo se remiten a la supuesta aplicación de la representación proporcional para hacer corresponder la elección de cada diputado con la correlación de fuerzas políticas en sufragios. Esta es una estratagema de vuelo bajo dado que la reforma que hicieron no lo logra. La representación proporcional autentica tenía que hacerse sobre la base de eliminar el sistema electoral de mayorías, circuitos nominales, en cada entidad estatal, federal y en la capital. Eso es lo democrático en tanto que los representantes del pueblo en la AN se correlacionarían con el porcentaje de votos que los ciudadanos les otorguen a sus fuerzas políticas en las elecciones. Residualmente se podría asignar parlamentarios a partidos que alcanzando un mínimo de 3% a nivel nacional no los obtuvieran en las regiones. La diferencia con el bodrio de los 48 diputados de “la lista nacional” inventada para estas elecciones es que estos parlamentarios de las minorías se tomarían de los candidatos inscritos o postulados en cada entidad correspondiente. Este mecanismo ya fue aplicado en los años ochenta y noventa del siglo pasado.
3. Segunda violación de la Constitución. Para garantizar lo comentado se estableció en el artículo 188 constitucional que una de las tres condiciones para poder ser elegido diputado o diputada a la AN era “haber residido cuatro años consecutivos en la entidad correspondiente antes de la fecha de la elección”. La idea de los constituyentes de 1999 era evitar la estafa política que se cometía reiteradamente en detrimento de los estados por parte de los partidos políticos que llegaron a postular a sus financistas o familiares de estos por regiones que ni conocían. O igualmente a dirigentes políticos que controlaban las burocracias partidistas pero no tenían liderazgo social en ninguna parte del país. En la experiencia histórica entidades regionales como Delta Amacuro, Amazonas, Apure y Guárico han elegido diputados ajenos a su idiosincrasia cultural e histórica, impuestos por los cogollos partidistas de caracas. Así ocurrió cuando el bipartidismo era hegemónico en el siglo pasado, así ocurre en este tiempo con el psuv.
4. Tercera violación a la Constitución. La constitución de 1999 permitió un avance en la ampliación del derecho político a la participación ciudadana. Esta no quedaba confinada al sufragio electoral para la elección de los poderes públicos dado que se incorporan diversas formas de referendo popular y el reconocimiento de la intervención del pueblo en los procesos de formulación y ejecución de las políticas públicas, así como en el control y rendición de cuentas de los todos los funcionarios del estado.
La inconstitucional lista nacional de los 48 diputados es una insolente violación del artículo 197 constitucional. Este les ordena a los diputados de la Asamblea Nacional “a mantener una vinculación permanente con sus electores y electoras, atendiendo sus opiniones y sugerencias y manteniéndolos informados acerca de su gestión y la de la Asamblea.” ¿Cómo podrán los 48 ilegítimos diputados cumplir este mandato constitucional? Es posible que alguno responda que lo harán por las redes sociales y no será sino la consumación de una burla. El constituyente obligó a los parlamentarios a estar en las regiones o estados que les eligieron para mantener el vínculo directo con el pueblo. Fue así como en mis dos periodos en la AN mantuvimos una oficina parlamentaria en Maracaibo y visitábamos su geografía política territorial todos los fines de semana. Era muy fácil y gratificante ya que vivía en el Zulia y nunca me mude de mi estado.
Veamos otra arista de la afrenta antidemocrática que hace el establecimiento político que participa en las elecciones del 6 de diciembre. El artículo 197 de la constitución establece expresamente que los diputados de la AN “deben dar cuenta anualmente de su gestión a los electores y electoras de la circunscripción por la cual fueron elegidos o elegidas y estarán sometidos o sometidas al referendo revocatorio del mandato….”.
Este principio constitucional de democracia protagónica consagra el derecho al control por parte de los ciudadanos a los diputados electos en la respectiva circunscripción, estos deben rendirles cuentas públicas, transparentes y periódicas y, con ello obligados a cumplir el programa de trabajo que se debe presentar ante el CNE al momento de la inscripción como candidatos. Como testimonio personal de mi vida parlamentaria en la AN, 2000-2006, puedo decir que guardo con orgullo siete “Cuentas claras con el Zulia” presentadas anualmente al pueblo que me eligió y al que represente orgullosamente. ¿Dónde rendirán cuentas de su gestión los diputados de la lista 48? Es posible que la retórica demagógica les lleve a responder que a toda Venezuela. La verdad es que “la circunscripción Venezuela” no existe, es la consumación de una estafa de la cúpula gobernante para darle garantías a quienes de cierto no tienen en el seno del pueblo venezolano ninguna credibilidad o liderazgo.
El evento del 6 de diciembre de 2020 convocado por la autocracia es por múltiples razones un fraude que profundizará la ilegitimidad y la no gobernanza del régimen. Quise referirme en este texto a la desvergonzada lista de 48 diputados “nacionales” que tendrán un certificado del ilegitimo CNE regalándoles una diputación por la que nadie votará. El 7 de diciembre sabremos como repartieron “la lista”. ¿Otorgará Maduro 12, 15 o 20 diputados de su lista nacional?
Diputados del cogollo, diputados de cúpulas, diputados inconstitucionales, diputados del TSJ y del CNE. 48 Diputados de nadie.