“La demora de la justicia significa injusticia”. Walter S. Landor
Falta de requisitos esenciales para intentar la acusación fiscal, hechos que no revisten carácter penal, pues si la acción típica del delito de homicidio es matar, el Ministerio Público nunca demostró que los Guevaras mataran a alguna persona, (https://www.youtube.com/watch?v=YoPrAUqnt2A) menos a Danilo Anderson, de tal manera que las deficiencias en la formulación de los tipos penales y la imputación más bien conducían al sobreseimiento, como mayor razón inexistiendo elementos de convicción que permitieran individualizar responsabilidad penal en alguno de ellos, o sea, en sano derecho, mejor aún con el simple sentido común sobrevenía la nulidad del proceso.
Era tan obvio que no tenían pruebas en contra de los tres ex funcionarios policiales secuestrados, torturados y hechos prisioneros, que junto a la acusación contra ellos vino el auto de apertura a juicio en el caso Montesinos, (https://www.youtube.com/watch?v=1DDqARhJeU0) es decir, si no los agarraba el chingo los agarraba el sin nariz, pero a la final en el caso Montesinos les decretan sobreseimiento de la causa porque tampoco tenía pruebas de que Rolando y Otoniel trajeron y tuvieron a ese ciudadano en el país. Como se ve la intención era clara, no dejarles escapatoria, como sea había que dejarlos presos.
Ahora entenderán porque se vieron forzados a buscar dos falsos testigos, Giovanni Vázquez y Alexis Peñuela, maniobra iniciada tan pronto presentaron la acusación y para cuando se hace la preliminar ya los estaban entrenando en la Fiscalía General, tan pronto Gilberto Landaeta, Yoraco Bauza y los demás fiscales asignados al caso cuadraron a Vásquez y Peñuela los incluyeron en el proceso montado contra los autores intelectuales, otro parapeto más en el cual nadie fue sancionado, menos castigado con prisión, con excepción de Patricia Poleo que si no sale del país segurito estaría tras la rejas por el simple hecho de difundir unas cuantas verdades.
Cuadrados los falsos testigos con anuencia de la cúpula chavista y las principales autoridades judiciales del país, procedieron a alterar actas procesales inventando otras que los testigos contratados simplemente firmaban según el dicho de uno de ellos, así las cosas a mediados del 2005 el poeta que se creía fiscal (mejor estaría decirlo al revés) anunció la existencia de esos testigos, pero en lugar de confirmar la participación de alguno de los señalados como autores intelectuales lo que hizo fue ratificar la presumida participación de los Guevaras en la organización del homicidio, que no participación en la ejecución del mismo, en todo caso ni una cosa ni la otra pudieron probarlas.
Llegado el momento del juicio después de múltiples e inexplicables diferimientos del inicio del mismo, los falsos testigos fueron incorporados al debate como prueba complementaria, y el sólo testimonio de ellos sirvió para condenar a los Guevaras a 30 años de prisión, algunos que dicen que fue menos, pero si a ver vamos es muchos más porque esa injusta prisión se ha extendido más allá de lo razonable. Es decir, del juicio lo más significativo fue la demostración fehaciente de que no habían pruebas para pasar a los sentenciados a juicio, (https://www.youtube.com/watch?v=1lgHiJQyRE4) menos para admitir la acusación en contra de ellos. ¿Y el control material y formal de la acusación ejercido por Maikel Moreno? Así de simple, de no haber sido por el falso testimonio de Vásquez y Peñuela no era posible condenarlos.
Las primeras instancias judiciales se vieron desbordadas al saberse que Giovanni Vásquez era un empedernido mitómano, un charlero (https://www.youtube.com/watch?v=Ea6ydFPb1ew) dirían en los bloques de La Guaira donde vivían él y Gilberto Landaeta, pero no sólo eso, se supo también que no podía haber estado donde dijo estar participando en la organización del crimen porque estaba preso para ese momento, sonando a trabalenguas y todo eso dejaba sin efecto la sentencia de los Guevaras. El juez 6º de control de Caracas, Florencio Silano, desde la causa penal iniciada para procesar a los autores intelectuales señalados por el testigo “prolífico en mentiras”, (https://www.youtube.com/watch?v=z2G6YbcrPZM) le añade mayor degradación a la novela, prohibió hablar de Giovanni Vásquez, bajo ningún concepto se podía hacer mención a él ni a las actas procesales del caso.
Como nada de eso contuvo los cuestionamientos públicos y la difusión de información socavando las bases de todo el tinglado fraudulento que llevó a la cárcel a los Guevara, el TSJ al mando del maracucho Iván Rincón activó la artillería pesada, a quien sucedería en el mismo plan la yaracuyana Luisa Estela Morales, con el claro objetivo no sólo de dejar firme la sentencia sino de blindar el caso en sus dos vertientes, me explico, ambas causas penales, la de la autoría material y la de la autoría intelectual, cometido en el que sobresalió el fiscal huido Aponte Aponte.
Pero el TSJ no pudo evitar que los falsos testigos y un fiscal que instruyó ambos expedientes, (https://www.youtube.com/watch?v=pjLLc9KJXjc) Hernando Contreras, abrieran la boca y contaran los intríngulis de la maniobra, todo porque Isaías y Jesse primero se quedaron con los reales destinados a pagarle a Vásquez y Peñuela haciéndoles carantoñas, algo muy propio de ellos, y segundo por las presiones internas en el Ministerio Público (https://www.youtube.com/watch?v=Ff5Pvkc8e5A) para alterar actas y desvirtuar la verdad de los hechos. En las primeras de cambio y obligado por las circunstancias Isaías Rodríguez dijo que Vásquez lo había engañado, (https://www.youtube.com/watch?v=CqhCLCwYB44) pero antes había asegurado que con sólo verlo a los ojos (https://www.youtube.com/watch?v=nrVsaUOS9I8) sabía que el mitómano decía la verdad.
Toda la trama se estremeció cuando habló el ex magistrado del TSJ Dr. Luis Velásquez Alvaray poniendo los puntos sobre las i de las componendas que hacen de este caso una barbaridad desde todo punto de vista. Sin embargo, Luisa Ortega no hizo nada correcto en relación a este caso, al contrario, junto a Maikel Moreno en el TSJ continuó echándole tierrita como los gatos, tapando las verdades que podían sacar de la cárcel a los tres chivos expiatorios, siendo la gran cómplice de una atrocidad judicial, sin embargo cínicamente desde su exilio dorado aboga por el respeto a los derechos humanos. Cosas veredes Sancho.
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