Ingeniería, reglamento y Dios… los salvadores de Grosjean en Bahréin (FOTOS + DATOS)

Ingeniería, reglamento y Dios… los salvadores de Grosjean en Bahréin (FOTOS + DATOS)

La célula de supervivencia del Haas VF-20 de Grosjean
Foto: REUTERS/Hamad I Mohammed

 

De “la mano de Dios” se ha hablado mucho en esta última semana por motivos que no vienen al caso. Sin embargo podríamos decir, sin lugar a dudas, de que sí existe y se la metieron al piloto francés de Fórmula Uno, Romain Grosjean, este domingo en el Gran Premio de Bahréin.

Un accidente de escandalosas proporciones y únicamente visto en los documentales históricos de hace 40-50 años de la máxima categoría del automovilismo mundial, se vivió este domingo en la primera vuelta de la carrera.





Los datos oficiales del accidente registraron el impacto contra la barrera a 221 km/h, produciéndose una desaceleración a “0” que registró unas impresionantes 56 g de fuerza y que, no suficiente con eso, incendió la mitad del monoplaza que quedó incrustado entre las barreras. 27 segundos estuvo atrapado Grosjean en el infierno de hierro.

Tan lejos como en el año 1989 data el último accidente en carrera en donde estuvo involucrado el elemento más peligroso del deporte, el fuego. El piloto austríaco Gerhard Berger se estrelló con la Ferrari 640 en la infame curva de Tamburello en la tercera vuelta del Gran Premio de San Marino de 1989. Tuvo suerte de escapar con vida del aparatoso choque en el que se incendió su vehículo y sufrió de leves heridas.

 

 

El ahora admirado “Halo” y la increíble célula de supervivencia… ¡ingeniería!

 

El sistema de seguridad utilizado en monoplazas de automovilismo que protege la cabina del piloto de golpes de objetos contundentes externos, fue el primer salvador de Grosjean. Rechazado y criticado por parte de equipos, pilotos y seguidores del deporte motor cuando fue introducido, ya ha salvado la vida de varios pilotos tanto en la Fórmula Uno como en las categorías inferiores.

En la largada del Gran Premio de Bélgica de Fórmula 1 del 2018, en Spa-Francorchamps, un accidente provocó que el monoplaza de Fernando Alonso se elevase y pasase por encima del auto de Charles Leclerc. La parte baja del McLaren pasó cerca del Halo, mientras que el neumático delantero derecho lo golpeó en uno de sus lados.

Una investigación de la FIA concluyó que el Halo salvó a Leclerc de un golpe en la visera de su casco. Primera prueba superada con creces.

 

La primera gran prueba superada del Halo. Bélgica 2018

 

La célula de supervivencia del monocasco del Haas VF-20 fue la segunda línea de salvación de Grosjean. En la imagen que ilustra el principio de esta nota podemos observar este importante componente del todo, luego del accidente, prácticamente intacto.

Una estructura indeformable compuesta por fibra de carbono y Kevlar, rodeada por elementos deformables para absorber impacto y por donde no deben pasar ningún tipo de fluidos, es la garantía para resguardar al piloto dentro de su “oficina”, desde donde deben soltar cinturones de seguridad y volante para poder salir en menos de 10 segundos.

 

Suerte, reglas y un entrenamiento físico de primera

 

El periodista especializado en F1, Albert Fabrega, informó a través de MovistarTV que el combustible que ocasionó la explosión en el choque de Grosjean, sólo era el que estaba en los conductos del motor y tras apagarse el incendio se extrajo el resto del depósito de Kevlar del tanque de combustible, lo que sin duda algunas, evitó que el incendio haya sido mucho peor de lo que se pudo apreciar.

El depósito de gasolina del VF-20 intacto

 

Por su parte, el también periodista especializado, Julián Afonso, puntualiza que “la formación atlética de los actuales pilotos de fue uno de los factores que salvaron la vida de Grosjean. Años atrás un piloto habría quedado inconsciente tras un impacto tan brutal y habría fallecido”.

 

Carritos dando vueltas

 

Cabe destacar que en un accidente de tránsito los seres humanos sufren tres choques en simultáneo. El del carro con la estructura con la que choca. El del cuerpo con la parte interna del carro. Y el de los órganos internos con nuestros esqueletos… hay que estar sumamente entrenado para darse de frente a 221, resistir 56 g y no desmayarse.

24 horas después del peor accidente con fuego en 31 años de carreras de Fórmula Uno, el francés Romain Grosjean sonríe y saluda desde la habitación del hospital. Las leves quemaduras en sus manos y tobillos serán un mal recuerdo del pasado y en menos de 24 horas podrá regresar a casa con sus hijos.

El choque, las llamas, el rápido escape junto a la rápida respuesta del auto médico y la vida de Grosjean ponen un cable a tierra a los fanáticos de la velocidad. Enaltece el trabajo de 21 “locos” dispuestos a meterse en posibles ataúdes que van a más de 300 kilómetros por hora por la necesidad de velocidad y de triunfo.

También les recuerda a los no entusiastas que en 70 años de Campeonato Mundial de F1, de la mano de la Federación Internacional del Automovilismo, se han probado cientos de mejoras de seguridad activa y pasiva que utilizan cada vez que se montan y usan un carro.

¡Abróchate el cinturón de seguridad!… la FIA y Grosjean te lo agradecen.