La entrega de Lachín, último de los tres distritos devueltos por Armenia a Azerbaiyán en virtud de un acuerdo de alto el fuego en Nagorno Karabaj, supone este martes el final de la primera fase del proceso de paz, impulsado por Rusia
Pero el conflicto en torno a la autoproclamada república de Nagorno Karabaj, poblada mayoritariamente por armenios, y que hizo secesión de Azerbaiyán al término de una guerra en los años 1990, está lejos de resolverse.
Esto es lo que podría ocurrir en el futuro.
– Vuelta a casa –
Armenia se comprometió a devolver a Azerbaiyán tres distritos, que formaban parte de una zona de distensión que rodea a Nagorno Karabaj, en el marco de un acuerdo de alto el fuego firmado el 9 de noviembre.
El distrito de Lachín fue devuelto este martes, el de Kalbajar el 25 de noviembre y el de Agdam el 20 de noviembre.
Otros cuatro distritos, que tenían la misma función, ya fueron recuperados por Azerbaiyán en las seis semanas de combates que estallaron a fines de septiembre.
Todos ellos habían dejado de ser controlados por Azerbaiyán desde el fin de la guerra en 1994.
Decenas de miles de azerbaiyanos, que debieron abandonar esas regiones hace 30 años, podrían ahora volver, aún si el gobierno de Bakú estima que antes hay que hacer operaciones de desminado y reconstruir las infraestructuras.
Por su lado, los separatistas armenios conservan aún el control de la mayoría del territorio de Nagorno Karabaj. La mayoría de los residentes del enclave, que huyeron de los combates –unas 90.000 personas, un 60% de la población– empiezan también a retornar.
– Cohabitación difícil –
Azerbaiyán, país rico en petróleo, ha prometido invertir masivamente en la reconstrucción en los distritos que ha recuperado.
Pero el futuro de Nagorno Karabaj, que depende íntegramente del apoyo financiero de Armenia, y cuya economía es muy frágil, es incierto.
Parece además difícil que Azerbaiyán, Armenia y las autoridades separatistas de Nagorno Karabaj trabajen juntas.
“El acuerdo obtenido por Moscú (…) es ambiguo (…) sobre la organización de la vida de la población local, tanto de los armenios como de los azerbaiyanos” dice a la AFP Olessia Vartanian, analista de International Crisis Group, quien teme que se creen “tensiones”.
– ¿El futuro de Karabaj? –
El acuerdo de alto el fuego tampoco resuelve el tema más espinoso: el futuro de Nagorno Karabaj a largo plazo.
Décadas de negociaciones impulsadas por Francia, Rusia y Estados Unidos, mediadores como miembros del Grupo de Minsk, encargado en los años 1990 de hallar una salida duradera a la crisis, no han conducido a resultados concretos.
Rusia ha desempeñado un rol esencial para poner fin a los recientes combates, confirmando su estatuto de árbitro regional.
Pero el acuerdo de alto el fuego mostró asimismo la creciente influencia de Turquía, estrecho aliado de Azerbaiyán, que implementará con Rusia un “centro de coordinación” encargado de hacer respetar la tregua.
La credibilidad del Grupo de Minsk ha sido además cuestionada por Azerbaiyán, que pidió la semana pasada la exclusión de Francia, tras una votación por el Senado francés reclamando “el reconocimiento” del Nagorno Karabaj.
Según los expertos, el actual statu quo podría favorecer la reactivación de las negociaciones, pues la devolución de los siete distritos era uno de los principales desacuerdos entre Armenia y Azerbaiyan.
Sin embargo, la desconfianza en la región sigue siendo profunda, y es difícil superar tantas décadas de enemistad.
AFP