Bangladés comienza polémico traslado de refugiados rohinyás a una isla considerada peligrosa

Bangladés comienza polémico traslado de refugiados rohinyás a una isla considerada peligrosa

 

Bangladés comenzó el jueves el criticado traslado de unos 1.000 refugiados rohinyás a la isla de Bhasan Char, una formación sedimentaria especialmente expuesta a los ciclones y a las inundaciones que la ONU y grupos de derechos humanos consideran un destino peligroso.





Unos 922 rohinyás salieron este jueves de los campos de Cox’s Bazar en autobuses, con destino el puerto de Chitaggong antes de ser trasladados a bordo de barcos de la Marina a Bhasan Char, en el golfo de Bengala.

“Salieron unos 20 autobuses en dos convoyes: uno con 423 personas y otro con 499”, declaró a la AFP Anwar Hossain, responsable de la policía regional, señalando que otros autobuses estaban listos para salir horas después.

En la isla se han construido refugios para recibir a unas 100.000 personas y diques para proteger el lugar de las inundaciones. Se prevé que en un primer momento, se traslade a 2.500 rohinyás a esta isla.

La oficina de la ONU en Bangladés publicó el jueves un comunicado en el que aseguró que no ha participado en este proceso de relocalización de los refugiados sobre el que tenía “poca información”.

Según este comunicado, la ONU no fue autorizada a evaluar las condiciones de “seguridad y viabilidad” de la isla y subrayó que los refugiados deberían “poder tomar una decisión libre y basada en informaciones correctas antes de su reinstalación”. En su comunicado recalcó además que, una vez en el lugar, los rohinyás tendrían que tener acceso a la educación y salud y, si lo desea, poder marcharse.

 

– A la fuerza –

 

Grupos de derechos humanos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional denunciaron que ha habido refugiados obligados a ir a esta isla.

Esta información fue corroborada por algunas familias con las que la AFP habló este jueves.

“Golpearon a mi hijo sin piedad, incluso le arrancaron un diente y finalmente él accedió a ir a la isla”, dijo Sufia Khatun, de 60 años.

“Vine aquí para verle a él y a su familia, tal vez por última vez”, añadió la mujer, sollozando.

El ministro de Relaciones Exteriores de Bangladés, A.K. Abdul Momen, aseguró que las acusaciones de los grupos de derechos humanos eran “falsas”, garantizó que las familias estaban yendo a la isla “de manera voluntaria” y que las condiciones de vida allá serán “mucho mejores” que en los campos.

Unos 750.000 refugiados rohinyás, una minoría perseguida en Birmania, huyeron en 2017 de una persecución llevada a cabo por el ejército y milicias budistas. Se unieron a los cerca de 200.000 que ya estaban en Bangladés, tras huir de olas de violencia precedentes.

La enorme cantidad de refugiados hizo que se crearan campos miserables en los que las condiciones de vida de los rohinyás han empeorado, si cabe, tras la llegada de la pandemia del nuevo coronavirus.

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) estima que en este momento 860.000 rohinyás viven en Bangladés en campos cercanos a la frontera con Birmania. Otros 150.000 encontraron refugio en otros países de la región y 600.000 siguen viviendo en Birmania.

AFP