La semana del 6 al 12 de diciembre será quizás la de mayor expectativa creada en los últimos años, al encontrarnos con dos eventos electorales de gran trascendencia para el país, como lo son la convocatoria a elecciones para el 6 de diciembre y la consulta popular a realizarse entre el 7 y 12 de diciembre.
La pregunta que nos hacemos la mayoría de los venezolanos es, ¿QUE NOS ESPERA Y HACIA DÓNDE VAMOS?, una vez transcurridos ambos. La inquietud que estos generan en la población es causada por la elevada confrontación observada. Donde lo que nos espera es una mayor agitación política que amenaza con minimizar las prioridades que el país reclama, sustituyendola por una tromba que absorbe nuestras esperanzas de soluciones a la crisis que nos envuelve, observando como las desmejoras en calidad de vida se hacen evidentes y solo lleva a las familias a considerarse que están siendo empujadas en una sola dirección pero sin retorno, al ver como sus angustias crecen día a día al ser evidente como se minimizan sus posibilidades de poder superar las coyunturas adversas en las cuales nos encontramos.
Los responsables de solucionar nuestras complejidades están inmersos en su propia diatriba al considerar cada uno de los grupos en pugna que están haciendo lo correcto, por lo cual los venezolanos deben estar atentos a sus disposiciones sin que las opiniones de la base popular sean escuchadas. La dirigencia nacional no parece interpretar lo que el país reclama, lo que observamos es como cada quien trata de convencer que sus propuestas son las válidas sin siquiera considerar o entender la situación del país. El poder ejecutivo y la Asamblea Nacional, han gastado un valioso tiempo de los últimos 5 años en una confrontación donde sus efectos resultan adversos al común de los ciudadanos. Que hubiera significado para Venezuela si manteniendo las diferencias políticas, se hubieran logrado decisiones convenientes al interés nacional sobre todo en el manejo de los activos externos que son propiedad de la nación Venezolana, así como en lograr acuerdos en una serie de leyes que de haber sido aprobadas nos hubieran permitido superar la difícil coyuntura por la cual atraviesan hoy los Venezolanos.
Es difícil a estas alturas de un juego trancado exigir salidas, donde lo que se observa es que cada quien insiste en sostener su agenda lo cual solo mantendrá al país en una mayor confrontación. Quienes ejercen el poder sostienen que la Asamblea Nacional a ser electa el próximo domingo, tomará plena posesión el 5 de Enero del 2021 con todas las facultades establecidas en la Constitución. La directiva de la vigente Asamblea Nacional considera que esta elección no será válida por la forma como se implementó el nombramiento de la actual directiva del CNE, manifestando que esta va a mantener su vigencia a partir del 5 de Enero por lo cual sostendrá sus actividades tal como lo ha venido ejerciendo hasta la fecha. Estableciendo para ello una consulta popular a realizarse entre el 7 y el 12 de diciembre.
Las inquietudes y angustias de la mayoría de los ciudadanos se hace evidente en sus exigencias y requerimientos, que observamos hacen sus organizaciones de trabajadores, gremios empresariales, asociaciones civiles, comunidades organizadas y demás componentes de la una sociedad civil activa y preocupada por el acontecer nacional. Lo cual nos obliga a preguntarnos. ¿QUE NOS ESPERA Y HACIA DÓNDE VAMOS?
Nota de Prensa