En materia electoral no creo aquello de levantarse más temprano para coger agua clara. Generalmente voto alrededor del medio día y en esta ocasión no fue distinto: Sufragué a la una y media de la tarde y para mi sorpresa a esa hora fui el primer elector que colocó la huella en la página que me correspondía.
Aquello no fue un accidente de mi mesa electoral porque otras cinco personas que estuvimos todo el día trabajando en equipo y votamos entre el medio día y las cuatro de la tarde… en distintos municipios, caraqueños… también tuvieron el honor de inaugurar la página donde cada elector coloca su huella digital y la firma.
En todos los centros donde ingresamos para tener lo que los reporteros del norte llaman “insight”… no encontramos afluencia de electores… estaban vacíos pero eso lo podían constatar hasta las piedras.
Lo que en cambio muchos vieron pero sin darse cuenta fue la miseria que caracterizó estas elecciones: En ninguna mesa vimos más de los tres voluntarios que es el mínimo exigido por la ley… muchos eran miembros accidentales… no habían sido sorteados… todos vestidos pobremente… todos mayores del medio siglo… todos del PSUV.
Esa observación corrobora lo que vengo señalando desde hace varias elecciones y sucede que en nuestro país… apartando que las ideologías no son tantas como un centenar que es el número de maletines disfrazados de partido que registra el CNE… y que esa es la base para diferenciar un partido de otro… tampoco… salvo el oficialismo… parecen tener militancia.
Al menos no como para cuidar los pocos votos que coleccionaron la mayoría inmensa de esos maletines franquiciados.
Pero me conmocionó la miseria de estas elecciones… A ver.
Las mesas desde donde operan los miembros que administran la mecánica electoral, salvo por los utensilios para recoger la cédula y los libros, bolígrafo y registros… estaban vacías… no se veían como antaño chinchulines y galletas… jugos o agua… solo resaltaba el hambre de los miembros a los que para romper el hielo les preguntaba si regalaban tequeños a cambio de votar.
La respuesta salvo detalles fue invariable: “Si a nosotros aún no nos traen el almuerzo… olvídese de los tequeños”… eso sí… somos venezolanos y nadie se molestó por mi jocosa impertinencia… todos reían mi gracia como regalo en una tarde aburrida.
Sigo… esta vez no habían condumios extras… almacenados en los rincones de cada aula… y estoy seguro que a ninguno de estos voluntarios se les instruyó en sus partidos… para que no recibieran alimento de los partidos opositores… no fuese que terminaran intoxicados.
Tal eventualidad en las actuales condiciones pienso que se considera un imposible… y de haber sucedido por milagro digno de José Gregorio… nadie habría podido parar el aplauso antes de la comilona.
En los centros no habían tarjetones de utilería… para que los electores conocieran el nombre de los candidatos… peor… las maquinas en su pantalla táctil tampoco traían esos nombres que son los que diferencian una elección de una rifa.
El Plan República funcionó bien… como siempre lo ha hecho desde 1963… nada nuevo.
Para saber los nombres de los candidatos había que tocar el logo de algún partido… pero las fulanas máquinas se programaron para que el elector votara en 20 segundos… de lo contrario el voto era contado como nulo. A ver si tras el maquillaje de votos nos dan esa cifra.
Y las máquinas tampoco eran mejores que las de Smartmatic sustituidas… más fáciles de entender y donde daban más tiempo para votar.
Aclaro y señalo que estas nuevas máquinas chinas se compraron con la antigua directiva del CNE… así que si hay que chillar… será a Tibisay a quien se debe llevar ante la nueva A. N. para que aclare.
La pobreza del venezolano ayer quedó patente como nunca: La ropa… la delgadez… y en general el hambre y la peladera… saltaban a la vista.
Y uno tiene derecho a preguntarse… no al nuevo CNE que organizó más o menos a la carrera una elección… sino a los electos e incluso a los que perdieron esta elección a todas luces inflada en cuanto a participación… cifras con las que en el último párrafo prometo terminar para complacer a quienes se les ponen los ojos rojos después de 4000 caracteres:
Dado que ninguno de estos candidatos ofreció realmente algo útil y creíble para llenar el bolsillo del venezolano… ¿se dan cuenta que reorganizar no la economía sino la sociedad toda es prioritario?
¿Tienen algo los honorables neo diputados, que puedan adelantar en esta temporada… al menos para ofrecer esperanzas… ya que el pernil si aparece… será microscópico?
En un país donde la división de poderes es un viaje de LSD… luce que maquillaron las cifras… pero no fueron tan sonsos como para inventar que votó más gente que los que se abstuvieron… a lo mejor sacaron uno… y le regalaron otro diputado a quien no lo tenía… quizás Claudio.
Pero lo vital sería que el CNE limpie la data donde siguen millones que se fueron al exterior… y no vuelven… son más que los muertos esperando en el limbo que los saquen del registro… que haya gasolina para que pueda viajar a votar tanta gente… y que pase la pandemia… la mayor enemiga de esta elección y de cualquier otra.
Y que al presidente Maduro no se le ocurra “ampliar” la base del gobierno… con los bates quebrados y alacranes que acaban de perder… son la nada. Slds.