Los incidentes racistas en los estadios de fútbol, que en su mayoría conciernen a los espectadores, apenas desembocan en duras sanciones pese a la indignación que levantan.
Ninguno, sin embargo, ha alcanzado el eco del PSG-Basaksehir de Estambul, interrumpido el martes por acusaciones de racismo a un árbitro.
– Lanzamiento de bananas –
En 2014, el Villarreal recibió una multa de 12.000 euros por el lanzamiento de una banana en dirección al defensa brasileño Dani Alves, que entonces jugaba en el FC Barcelona y que reaccionó comiéndose un trozo.
Un acto que sufrió también el atacante gabonés del Arsenal Pierre-Emerick Aubameyang durante un partido contra el Tottenham a finales de 2018.
Antes de la crisis sanitaria, los sonidos de mono todavía se escuchaban a veces en las gradas italianas.
– El caso Terry-Ferdinand –
En 2012, el defensa del Chelsea John Terry fue suspendido cuatro partidos y recibió una multa de 220.000 libras (270.000 euros) por insultos al jugador del Queens Park Rangers Anton Ferdinand, un caso que le hizo perder su brazalete de capitán de la selección inglesa.
Sin embargo la Federación Inglesa, aun reconociendo que Terry había querido insultar a Ferdinand, descartó cualquier sospecha de racismo por parte del defensa inglés. Terry negó que profiriera un insulto racista, como podían sugerir las imágenes de televisión.
– Moussa Marega abandona el terreno de juego –
En febrero de 2020, el atacante franco-maliense del Oporto Moussa Marega decidió abandonar el terreno de juego del Vitoria de Guimaraes por los gritos racistas de los espectadores. El caso provocó incluso una reacción del primer ministro portugués, Antonio Costa.
“No podía permanecer en este campo (…) Ya no era posible”, declaró el futbolista a RMC, asegurando que vivió “una gran humillación”.
Ocho meses más tarde, el Vitoria de Guimaraes recibió una multa y la sanción de disputar tres partidos a puerta cerrada.
Tres años antes, otro jugador había abandonado el terreno de juego tras gritos racistas, en Italia, hecho que le valió una segunda tarjeta amarilla: el centrocampista ghanés del Pescara Sulley Muntari, en Cagliari. Sin embargo, su partido de suspensión se anuló posteriormente.
– El caso Neymar-Álvaro, último hasta la fecha –
El Parque de los Príncipes fue recientemente el escenario de una polémica, cuando en septiembre de 2020, durante el duelo de Ligue 1 entre PSG y Marsella, Neymar, expulsado durante el partido, acusó al defensa español del OM Álvaro González de llamarle “mono”. Un partido donde el propio Neymar fue acusado, después, de proferir un insulto racista al japonés Hiroki Sakai.
Pero a pesar de varias semanas de investigación por parte de la comisión de disciplina de la liga francesa, incluyendo peritaje en lectura de labios, no se aplicó ninguna sanción disciplinaria contra los jugadores, por falta de elementos tangibles en este caso que involucró a futbolistas, algo bastante rato.
– Incidentes habituales –
En los últimos meses se han producido varios incidentes en los estadios europeos, que rara vez llevan al árbitro a interrumpir los partidos durante más de unos minutos. Unos hechos que en la mayoría de los casos han dado lugar a la tranmisión, por parte del ‘speaker’ del estadio, de un mensaje de lucha contra el racismo o una multa.
De esta manera, en enero de 2020, la Lazio italiana recibió una multa de 20.000 euros por los gritos racistas al delantero del Brescia Mario Balotelli. De nuevo en Italia, el senegalés del Nápoles Kalidou Koulibaly, el belga del Inter de Milán Romelu Lukaku, el marfileño del AC Milan Franck Kessié o el inglés de la Sampdoria Ronaldo Vieira también fueron víctimas de incidentes racistas.
En diciembre de 2019 en Inglaterra, el defensa del Chelsea Antonio Rüdiger indicó al árbitro que estaba recibiendo gritos racistas en un duelo frente al Tottenham. También ahí el árbitro interrumpió brevemente el partido.
En España, dos aficionados del Espanyol son investigados desde noviembre por presuntos insultos racistas al atacante del Athletic de Bilbao Iñaki Williams, una novedad en el país.
AFP