Un año después del inicio de la pandemia de coronavirus, un pequeño comercio de Japón ha dado una nueva interpretación al tema del camuflaje facial: un máscara hiperrealista que modela los rasgos de un extraño en tres dimensiones.
Las mascarillas de Shuhei Okawara no protegen al portador ni a los demás contra el virus. En cambio, dan al portador una apariencia realista de una persona adulta japonesa no identificada cuyos rasgos han sido impresos en ellas.
“Seguramente las tiendas de máscaras en Venecia no compren ni vendan rostros. Es algo más propio de relatos fantásticos”, dijo Okawara a Reuters.
“Pensé que sería divertido hacer algo así”.
Las máscaras se pondrán a la venta a principios del año que viene por 98.000 yenes (950 dólares) cada una en su tienda de Tokio, Kamenya Omote, cuyos accesorios para fiestas y representaciones también se han hecho muy populares.
Okawara eligió al rostro para su modelo de máscara, por el que pagó 40.000 yenes, entre más de 100 solicitantes que le enviaron sus fotos después de lanzar el proyecto en octubre. Un artesano reelaboró entonces la imagen ganadora, creada en una impresora 3D.
“Como suele ocurrir con los clientes de mi tienda, no hay tanta gente que compre (máscaras) para fines específicos. La mayoría las ven como piezas artísticas”, dijo Okawara, que plenea agregar gradualmente nuevos rostros, incluyendo algunos del extranjero.
Reuters