Ellas necesitaban papeles, un permiso de residencia legal. Y ellos, dinero. La «mercancía» con la que se negociaban eran recién nacidos: los hijos de las mujeres que acababan inscritos en el Registro Civil de Melilla como vástagos biológicos de varones españoles, a cambio de entre 1.000 y 3.000 euros por cada niño. Así funcionaba la trama delictiva descubierta por la Guardia Civil en la ciudad autónoma en la que hay cuarenta investigados y se ha falsificado la paternidad de 36 recién nacidos de madres extranjeras.
Por: cope.es
Las mujeres, procedentes de Marruecos, y en avanzado estado de gestación pasaban a Melilla a través del paso fronterizo de Beni-Enzar (por el que transitan a diario miles de personas). Una vez en España daban a luz en el hospital comarcal de la ciudad y conseguían la documentación de nacimiento. Con esos documentos, hombres residentes en Melilla inscribían a los niños como hijos suyos, solo a cambio de dinero. Ahí se acababa la paternidad.
¿Cuál era el objetivo de esta trama?
Antes era suficiente con que el niño hubiera nacido en Melilla para adquirir la nacionalidad, pero eso cambió. Con esta forma de actuar, madre marroquí y padre español, presentaban el libro de familia y se solicitaba a la Policía DNI español para el bebé y residencia legal para la madre, es decir un NIE que regularizaba su situación.
¿Desde cuándo se lleva produciendo esta situación?
La Guardia Civil llevaba más de tres años investigando, pero no ha sido fácil. Detectaron que entre las mujeres y los padres no había ninguna relación personal ni familiar y además tenían casos como el de un hombre al que le constaban seis hijos biológicos de cinco madres distintas.
¿Pero es una situación generalizada?
Que exista una trama, no pero esos nacimientos sí. Las madres buscan que los niños nazcan en Melilla. Hasta la pandemia, según un estudio el 61 por ciento de los alumbramientos en la ciudad autónoma eran de mujeres marroquíes. Con la pandemia cayó hasta el 17 por ciento.
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