Rusia se juega su futuro en el seno del deporte mundial

Rusia se juega su futuro en el seno del deporte mundial

 

Gigante del deporte mundial, acusado de una cascada de trampas, Rusia conocerá este jueves si es excluida por cuatro años de las grandes competiciones internacionales, entre ellas de tres Juegos Olímpicos, como reclama la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).





Después de cuatro días de audiencia a puerta cerrada a comienzos de noviembre, los tres jueces designados por el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) de Lausana emitirán a las 16H00 locales (15H00 GMT) una decisión inédita en la historia de la justicia deportiva, que podría privar a Rusia de estar presente en los Juegos Olímpicos de Tokio el año que viene, de la cita de invierno de Pekín en 2022, del Mundial de fútbol de Catar-2022 y de los Juegos de París-2024.

La cuestión no es menor para los deportistas rusos, amenazados de cuatro años sin competiciones de prestigio. Sólo podrían participar los que demuestren su nula vinculación con el dopaje.

Fundada en 1999 seguidamente al escándalo Festina en el ciclismo, la AMA realizó un vasto esfuerzo en la investigación y se juega su credibilidad en un momento en el que Estados Unidos amenaza con cortar las ayudas y acaba de adoptar una ley que le permite liderar su propia cruzada mundial contra el dopaje.

Por último, el Comité Olímpico Internacional y las Federaciones esperan del TAS directivas claras, a siete meses de los Juegos de Tokio, con el fin de evitar la incertidumbre y los vaivenes del caso ruso.

Justo antes de los Juegos de Rio en 2016, la AMA recomendó una exclusión de los deportistas rusos que fue rechazada por el COI, mientras que a unos días del inicio de los Juegos de Invierno de Pyeongchang en 2018, el TAS exculpó a 28 deportistas rusos suspendidos de por vida por el COI.

 

– Tres Juegos Olímpicos –

Pero el marco jurídico está más claro en esta ocasión, ya que se trata de validar o no el conjunto de sanciones propuestas en diciembre de 2019 por la AMA y rechazadas por la Agencia Antidopaje Rusa (Rusada), a causa de la manipulación de los ficheros informáticos del laboratorio antidopaje de Moscú para el periodo 2011-2015.

En su informe, al que tuvo acceso la AFP, los investigadores de Montreal establecen dos tipos de manipulación: la supresión de restos de controles antidopaje positivos y la introducción de falsas conversaciones buscando comprometer a Grigory Rodchenkov, exdirector del laboratorio refugiado en Estados Unidos y convertido en el principal informador de la AMA, así como dos de sus ayudantes.

El gendarme antidopaje rebuscó por tanto en el “ISCCS”, un texto en vigor desde abril de 2018 que lo autoriza a tomar duras medidas a todos los niveles: tiene intención de prohibir por cuatro años la bandera rusa de las grandes pruebas deportivas, así como impedir que el país organice alguna de ellas en su territorio.

– Novela de espionaje –

Y si este fraude informático tanto exaspera a la AMA es porque el contencioso ruso dura desde 2010, implica a los servicios secretos y al ministerio ruso de Deportes y ha avivado las tensiones entre Moscú y las instancias deportivas, percibidas como instrumentos del dominio occidental.

“Se impide a nuestros deportistas, por medios no muy deportivos, alcanzar los éxitos que merecen”, lanzó en octubre el presidente ruso Vladimir Putin.

Hace diez años, la corredora rusa de medio fondo Yuliya Stepanova y su marido Vitaly, antiguo controlador de la Rusada, alertaron a la AMA del dopaje institucionalizado en Rusia, y después lo denunciaron en la cadena alemana ARD, que difundió a partir de diciembre de 2014 una serie de documentales esclarecedores.

El escándalo tomó tintes de novela de espionaje cuando Rodchenkov, forzado a dimitir del laboratorio de Moscú y refugiado en Estados Unidos, reconoció en la primavera de 2016 haber orquestado durante años el encubrimiento del dopaje ruso en coordinación con el ministerio de Deportes, entonces dirigido por Vitaly Mutko, un hombre con la confianza de Vladimir Putin.

Para eludir a los observadores de la AMA en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014 en Sochi, explicó el científico, su equipo escamoteaba las muestras de orina de los deportistas rusos por “un agujero de ratones” que llevaba a un miembro del FSB, los servicios secretos rusos.

El espía, vestido de personal de mantenimiento, arrancaba el sello que debía ser inviolable mediante un utensilio quirúrgico, y después sustituía el contenido por orina “limpia” recogida previamente.

AFP