Una de las realidades más desgarradoras que se vivió en 2020 fue la que protagonizó la violencia. 86 masacres se registraron en Colombia durante este año, según un informe de Indepaz. Entre los homicidios colectivos que generó más despliegue de las autoridades, fue el ocurrido en Guaduas, Cundinamarca, en el que los cuerpos decapitados de cuatro hombres aparecieron en la orilla del río Magdalena.
Por: Semana
Como una historia de terror. Así describieron la escena los habitantes de la zona. Entre las primeras versiones que se escucharon fue que se trataba de un rito satánico, otros hablaban de venganza, ajuste de cuentas o sed de poder. Saber en realidad qué pasó se convirtió en un reto para los investigadores de la Sijín, de la Policía de Cundinamarca.
En Guaduas, el primero de septiembre reportaron la desaparición de José Miguel Torres, Miguel Ángel Ulloa y Jonathan Cerón, quienes viajaron el viernes 31 de julio, al parecer, a Honda, Tolima, pero según sus familiares nunca llegaron al lugar de destino. Cerón había sido contratado como conductor por un hombre al que conocían con el apodo de Javier, pero en realidad se llamaba Daniel David Jaimes Dager. El mismo que invitó al viaje de paseo a los otros dos ocupantes del vehículo.
Las autoridades arrancaron la búsqueda e identificaron que de Javier tampoco nada de se sabía. Ya eran cuatro los desaparecidos. La esposa del conductor indicó que él siempre le enviaba ubicación por GPS y que su rastro se perdió en zona rural de Guaduas, en la Vereda Malambo. Así que hacia allá se desplazó un grupo de investigadores.
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