Dulce y agria Navidad la que se vive en Venezuela. Intentamos mantener una tradición que ha perdurado durante años. En los últimos tiempos, hemos restado alimentos a nuestra mesa. Aquellas temporadas de estrenos quedaron en el pasado. Hay hogares donde el Niño Jesús se fue de paseo y nunca más regresó. Ahora, debemos atribuir que el 2020 nos cambió a todos. Sin estar preparados, nos enfrentamos a una dura batalla contra un enemigo invisible que ha causado estragos: El Covid-19.
Con lapicero y libreta en mano, emprendí un recorrido en algunos centros de la ciudad de Caracas para conocer experiencias. Me encontré con el afán y la incertidumbre de personas en busca de “ofertas” para los ingredientes de las hallacas. Vi el rostro de la frustración en muchos que no podrán preparar la acostumbrada cena de Nochebuena y fin de año. Mientras que otros, aún se esfuerzan para lograrlo. En medio de la pandemia, ¿cómo celebrarás estos días?
Escrito por Elizabeth Gutiérrez/ fotografías por Juan Peraza
El alto costo de los ingredientes del plato típico venezolano hará que la elaboración se postergue en muchas familias. Los precios varían en cada establecimiento, sin dejar de mencionar que la mayoría de los productos están dolarizados. Los caraqueños aseguran que es casi imposible de comprar. Los que reciben sueldo mínimo, están más lejos de esta posibilidad.
Precios de espanto
Según la inspección en zonas populares y reconocidos supermercados de la ciudad de Caracas, el kilo de hojas cuesta entre Bs. 850.000 y 1.500.000. La carne 4.500.000 bolívares. El pollo Bs. 3.900.000. La tocineta 6.500.000 bolívares. La harina Bs. 1.300.000. Las alcaparras 4.700.000 bolívares. Las aceitunas Bs.3.800.000. Las pasas 4.700.000 bolívares. El pimentón BS.1.900.000. Las cebollas1.900.000 bolívares. El onoto 2.700.000 bolívares. Esto por mencionar algunos. Si hablamos del monto de una hallaca, puede alcanzar entre los 3 a 5 dólares. Bajo esta premisa, ¿cuántos dólares se necesitan para una cena navideña?
Entre la esperanza y la odisea
Muchos venezolanos, decidieron no decorar sus hogares con los respectivos adornos de la temporada. Se resignaron y vivirán este mes, como cualquier otro. La señora Carla Silva, afirmó que le será imposible pasarla con toda su familia puesto que no disponen de gasolina para viajar. Además, resaltó que en la zona donde reside, tienen meses sin gas ni agua. “Me ha tocado cocinar a leña o irme a casa de conocidos para hacer la comida. Si me cuesta preparar una olla de arroz, ¿cómo crees que podría hacer hallacas? “, expresó.
Por otro lado, tenemos el testimonio de Arminda Guevara, quien confesó que perdió su empleo a causa de la pandemia, comentó que este año solo elaborará hallacas para el 31 de diciembre y con algunos cambios en la cena. “Antes, hacíamos hallacas para comer todo el mes y hasta más. Pero este año las cosas son distintas. El coronavirus nos pegó fuerte en el bolsillo (…) no tendremos el dulcito de lechosa, ni la torta negra, y creo que tampoco comeremos pan de jamón”, expuso.
Por otro lado, Eduardo Báez manifestó que la pandemia y la crisis económica que azota el país han influenciado de manera sorprendente. Considera que existe “pánico” a resultar infectados por familiares y amigos. Por esta razón, no consideran reunirse. “Ni siquiera existe la posibilidad de hacer las hallacas como antes, la ensalada de gallina, el pernil o cualquiera de las cosas que se hacían para la cena (…) nosotros hacíamos un promedio de 120 hallacas y 60 bollos solo para el 24 y más o menos la misma cantidad para el 31. Pero la situación ha sido tan fuerte que ya no se hará”, contó.
Sin embargo, hay quienes optarán por comprar una hallaca para cada integrante de la familia. Consideran que podría resultar “más económico”.
¿Y los regalos?
Otro gran cambio que converge en esta tormenta es la ausencia de los obsequios en el icónico árbol de Navidad. Muchos, dispusieron obviar el arbolito en casa. Al parecer, este diciembre el Niño Jesús no podrá llegar a todas los hogares en la medianoche. “Si comes, no te vistes y si te vistes, no comes. Los chamos en la casa saben que este año no hay regalos.”, afirma una caraqueña que prefirió mantener su nombre en el anonimato.
Más allá de la crisis
Una gran parte de los venezolanos aún se esfuerza por mantener viva esta tradición. Según manifestaron, es la única época donde pueden reencontrarse con los seres queridos, los que quedan en el país, para compartir un momento ameno. Reiteraron que lo más importante, es celebrar el hecho de culminar un periodo más, agradeciendo lo bueno que les dejó el 2020 con la esperanza de que el año venidero sea mejor. “Es como decir sobreviví, llegué a diciembre. Siento que estoy más fuerte. Me siento con más ganas de vivir. Esto no lo había visto con tanto detalle en los años anteriores”, compartió Indira Royero.
“Ahora más que nunca haré mi cena. Puse mi arbolito, lo adorné con todo el cariño del mundo. ¿Por qué no celebrar la Navidad? Sería como una derrota. Voy a preparar la cena. De a poquito, pero lo haré”, detalló Royero.