Desde que Hugo Chávez asumió la presidencia de Venezuela en 1999, las relaciones entre EE.UU. y el país sudamericanos han sido tensas.
Norberto Paredes // BBC MUNDO
Pero esto no siempre fue así. Durante gran parte del siglo XX, Venezuela fue uno de los mayores aliados de EE.UU. en América Latina y esa estrecha relación hizo, entre otras cosas, que Caracas se convirtiera en el mayor surtidor de petróleo de la primera potencia mundial por un corto periodo de la década de 1990.
También ayudó a que empresas venezolanas como Citgo triunfaran en EE.UU. y compañías estadounidenses como ExxonMobil hicieran muchísimo dinero en Venezuela.
Pero exactamente un siglo antes, en 1895, la alianza entre ambos países alcanzó quizá uno de sus puntos más cumbres, cuando Estados Unidos se enfrentó a la superpotencia de la época, Reino Unido, a favor de los intereses venezolanos y en rechazo al imperialismo europeo.
Bajo la Doctrina Monroe, atribuida al expresidente estadounidense James Monroe, que reclamaba una “América para los americanos”, EE.UU. intervino en la disputa sobre la frontera entre la Guayana Británica (actual Guyana) y Venezuela.
Fue una de las pocas veces en la historia que la “relación especial” entre las dos potencias anglosajonas se ha quebrantado. Y el motivo fue Venezuela.
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