A menos de un mes del final de su mandato el Gobierno del presidente Donald Trump logró la firma de El Salvador, Guatemala y Honduras para la aplicación de acuerdos que permiten la devolución a esos países de los migrantes que crucen sus territorios para llegar a Estados Unidos y pedir asilo.
Estos acuerdos son similares al Memorando de Protección de Migrantes (MPP), un programa iniciado por el Gobierno de Trump en 2019 y por el cual decenas de miles de personas que llegaron a la frontera sur de EE.UU. pidiendo asilo, han sido devueltas a México, donde han de aguardar el trámite de sus solicitudes.
“Bajo el liderazgo del presidente Trump, el Departamento de Seguridad Nacional emplea toda herramienta a su disposición para mitigar la crisis humanitaria y de seguridad en la frontera”, señaló en una declaración el secretario interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf.
Los acuerdos se habían firmado inicialmente en 2019 y el pacto con Guatemala empezó a aplicarse en septiembre. La aplicación de los acuerdos con El Salvador y Honduras se demoró hasta este mes.
“La puesta en práctica de los acuerdos fortalecerá la capacidad general de asilo en los países del Triángulo Norte y en toda la región, permitiendo que quienes buscan asilo tengan acceso a la protección más cerca de sus lares”, añadió Wolf.
La firma de los acuerdos -conocidos como ACA por su sigla en inglés- con los tres países centroamericanos permitirá el envío de “ciertos migrantes elegibles que buscan protección humanitaria a cada uno de los países” con los cuales se estableció el arreglo.
Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), los cuatro países firmantes “reafirmaron su compromiso de combatir las amenazas mutuas, incluidas las organizaciones y pandillas internacionales, los contrabandistas de migrantes, el tráfico de drogas y el de seres humanos”.
Los críticos de la política migratoria de Trump han señalado que el MPP y ahora los acuerdos ACA fuerzan a los migrantes a esperar por el trámite de sus solicitudes de asilo en territorios donde están expuestos a la violencia y, en muchos casos, a la subsistencia en campamentos con escasa protección y atención sanitaria.
Grupos defensores de los migrantes han informado que entre noviembre de 2019 y marzo de 2020, el Gobierno de EE.UU. envió de retorno a Guatemala a unas 1.000 personas que habían llegado pidiendo asilo, y sólo el 2 % de ellas solicitaron el asilo una vez que fueron enviadas a ese país.
La vicepresidenta electa de EE.UU, Kamala Harris, ha criticado estos acuerdos pero el presidente electo, Joe Biden, quien tomará posesión de su cargo el 20 de enero, no ha indicado planes para repudiar o reemplazar los pactos de cooperación sobre asilo.
En la plataforma de Gobierno del Partido Demócrata se indica que el Gobierno de Biden buscará “expandir los esfuerzos para registrar y procesar a los refugiados para reasentamiento en Estados Unidos y otros países”.
EFE.