“…Tradición del año, unos van alegres y otros van llorando, un año que viene y otro que se va”.
Billo´s
Hoy llegamos al último día de un año extenuante; de un año signado por la mayor crisis que la historia contemporánea de nuestro país ha vivido. Año en el cual aparece una terrible pandemia que además de llevarse a tantos amigos, a tantos profesionales de la salud que dieron sus vidas cumpliendo a cabalidad con sus pacientes y con su juramento hipocrático; se llevó a tantos compatriotas.
Esta pandemia igualmente nos obligó a encerrarnos, postergando la necesaria y democrática lucha de las calles.
Se va otro año marcado por lo absurdo e irónico que resultan las interminables colas en pos de gasolina… en un país petrolero que contaba con excelentes refinerías hasta la llegada de este gobierno irresponsable. Queda atrás otro año en el cual se acentuaron grandes injusticias judiciales, los hechos de corrupción asi como los disparates y la prolongación de la burla de un régimen usurpador.
Como en tantos años anteriores, lo urgente siguió estando antes que lo importante.
2020 fue año de inflación incontrolable, de aumento sideral del costo de la vida como también de las víctimas de la violencia; y del silencio y la anuencia cómplice por parte de quienes deberían realmente imponer los correctivos.
Se va un año marcado por la frustración, doce meses en los que han reinado más las dudas y el temor al futuro que la certidumbre que los ciudadanos anhelan. Se va otro año, como cuantos le preceden, centrado por la división, la confrontación, la tensión, el resentimiento y la intolerancia; liderado por megalómanos y autoritarios prestos en aplicar a cualquier costo fórmulas y triquiñuelas para perpetuarse en el poder.
Finalmente se va 2020, un año más direccionado por la ruindad de un perverso régimen que se quitó el pesado y grotesco disfraz de demócrata para vestirse con su apropiado atuendo dictatorial, al llevar a cabo, este pasado 6 – 12, un fraude electoral con la finalidad de llevar a la Asamblea Nacional a unos espurios diputados.
Ya mañana iniciaremos un nuevo año con un panorama bastante sombrío; con los acostumbrados insultos y miserias; con la amenaza de emprender violentas acciones propias de un sistema totalitario, contra los verdaderos diputados de la Asamblea Nacional.
Así se encuentra nuestra nación, a la espera que le regresen su futuro, a la espera de su unidad, de la convivencia pacífica y no de traiciones, indiferencia y paralizantes temores.
Un año que viene y otro que se va….
Es cierto, no vamos a cambiar de un día para otro, pero podemos fijar una meta al porvenir. En esta meta todos somos responsables, porque nuestro silencio, nuestra indiferencia y la falta de unidad tan sólo demuestra falta de interés en aquellos a quienes queremos y a quienes les debemos ese país que nos ha sido arrebatado.
Este día de cierre de un año tan convulsionado, es el momento más apropiado para poner el acento en la importancia de fortalecer los lazos de solidaridad que queremos anudar entre nosotros.
En esta hora en que cada uno desea lo mejor a sus familiares y amigos para el año que viene, podemos expresar los mejores deseos a todos y, especialmente, a los que se encuentran en situaciones más difíciles o están más necesitados. Si la solidaridad y la preocupación por el bien de los demás siempre tienen que estar presentes en la vida de nuestro terruño, con más razón deben estarlo en esta ocasión, a pesar de lo difícil que resulta llegar a ponernos de acuerdo, a pesar de las brechas existentes, que nos parecen infranqueables.
Feliz Año…
La tradicional expresión de buenos deseos al inicio de un nuevo año, pocas veces ha tenido un significado más necesario que en este 2021 que esta llegando.
Se desea que el año que comienza sea mejor que el anterior, que los males y problemas pasados sean superados. Se le pide a Dios salud, paciencia y hasta cordura, para poder luchar y superar las dificultades y trabas que impiden conseguir estos deseos y aspiraciones de todo el pueblo venezolano.
Nuestra sociedad está especialmente necesitada de momentos de sosiego, de ilusión y de esperanza. Por eso deseamos hacer llegar a todos aquellos que comparten nuestros ideales y nuestro compromiso, junto con el agradecimiento por acompañarnos a lo largo de este sinuoso sendero, un saludo esperanzador por un año 2021 abierto al mejor futuro que podamos entre todos construir. Nuestro sincero reconocimiento a todos los demócratas que desde diferentes frentes hacen lo que pueden por enfrentar las pretensiones totalitarias del régimen y los exhortamos a que redoblen sus esfuerzos este nuevo año 2021. Vaya igualmente nuestro deseo de feliz año a esos hermanos que se encuentran exiliados, desterrados, perseguidos o presos por expresar sus ideas, por defender sus legítimas opciones o por reclamar sus derechos.
Aferrémonos a la compartida esperanza de que el estreno de un nuevo almanaque nos ofrezca días mejores y sobre todo muchas buenas intenciones para mejorar lo que no salió bien durante este terrible año que dejamos atrás.