De un tiempo a esta parte, las series supieron encontrar un lugar preponderante dentro de los hogares. Llegaron para quedarse y cada vez hay más alternativas. La industria trabaja a destajo para colmar las necesidades del usuario, que exige un buen producto. Con las distintas plataformas de trasmisión online al alcance de la mano y la posibilidad de elegir, la exigencia es mayor.
Por Infobae
En ese punto, uno de los caballitos de batalla de Netflix es The Crown, un drama que se centra en la vida de la reina Isabel II, pero que abarca distintas cuestiones de la realeza inglesa. ¿Por qué es una de las más elegidas? Si bien se aclara todo el tiempo que se trata de una ficción, hoy le está causando un gran dolor de cabeza al gobierno británico por los pormenores que salen a la luz. Así, la incomodidad de los gobernantes por lo que se muestra hace que el televidente crea que la historia está muy cerca de la realidad.
Sus puntos fuertes se reflejan en el cuidado minucioso de lo que se cuenta, pero además, en los momentos históricos elegidos por su escritor y creador, Peter Morgan. Más allá del morbo por los entretelones que salen a la luz, el foco apunta a la calidad de los actores que narran el drama. Artistas que pasaron un riguroso casting antes de ponerse en la piel del personaje que les tocó en suerte.
El debut de la primera temporada fue en el 2016. Aclamada por el público, inmediatamente The Crown se transformó en furor. Excitación que fue mayor desde abril de 2019, cuando se develó el gran secreto: el ingreso del personaje de Lady Di a la trama. En agosto del año pasado se cumplieron 20 años de la muerte de Diana de Gales en un accidente de tránsito ocurrido en París, Francia, y el recuerdo hizo que la atención fuera mayor.
Los rumores en torno a la Princesa del Pueblo, la forma en la que murió -más allá de que la Justicia ya se expidió y decretó que fue un accidente-, hacen que del otro lado de la pantalla se quiera saber un poco más por sobre lo que dice el mensaje de la palabra autorizada.
En la ficción, quien se pone en la piel de quien fuera la esposa del príncipe Carlos es la actriz Emma Corrin. Apenas apareció en pantalla durante este 2020, con la caracterización y lookeada como Diana, no fueron pocos los que vieron un parecido físico sorprendente. Con el correr de los capítulos también se supo de la calidad de su interpretación. Inmediatamente pasó a ser una de las favoritas de la platea, por mérito propio, pero también por encarnar a una de las mujeres predilectas de casi todo el mundo.
Para muchos, el papel que está llevando adelante cambiará el curso de su vida laboral. Se espera que este sea el despegue de Emma Corrin y que de acá en más, sea partícipe de grandes proyectos, y ya, con lo que está generando, de manera protagónica. El peso sobre sus hombros por las miradas de las críticas parece no hacerle perder la estabilidad emocional ni mucho menos su eje de lo que proyecta para su trayectoria como actriz.
En ascenso
De antemano, se resalta que Corrin es una desconocida para la industria del cine por una cuestión cronológica; cuando se postuló para este papel llevaba apenas un año de recibida de la Universidad. Recién está dando sus primeros pasos, y si bien lo está haciendo con creces, su historial es acotado. No por eso menos llamativo. “Emma tiene un gran talento que nos cautivó de inmediato cuando hizo la audición para el papel de Diana Spencer”, comentó Morgan en la presentación de la estrella del momento.
El padre de la serie agregó los motivos por los que no lo pensaron dos veces a la hora de contratarla. No fue complejo quedarse con Emma para uno de los papeles más trascendentes. “Además de tener la misma inocencia y la belleza de Diana cuando era joven, también tiene la capacidad para retratar a una mujer extraordinaria que pasó de ser una adolescente anónima para convertirse en la mujer más icónica de su generación”.
Emma nació en diciembre de 1995 –el 13 cumplió 25 años- en Royal Tunbridge Well, ciudad ubicada a uno 30 kilómetros de Londres, Inglaterra. Su padre es un empresario inglés y su madre una fonoaudióloga que nació en Sudáfrica, pero que desde muy chica se crió en el Reino Unido.
Según contó el año pasado, su interés por la actuación y la danza –otra de sus pasiones- nació en la edad escolar. Fue a una escuela católica, a un internado solo para mujeres dónde las disciplinas mencionadas eran parte de la enseñanza. Cuando terminó el colegio se tomó un año sabático, y luego se fue a Londres y se anotó en la Academia de Música y Arte Dramático en un curso de Shakespeare. Más tarde fue profesora voluntaria en una escuela de Knysna, en Sudáfrica, y a la par estudio Drama en la Universidad de Bristol, para luego meterse de lleno en la carrera en la que hoy brilla. Dejó los estudios cuando se dio cuenta de que tenía mucha teoría en su cabeza, pero nada de experiencia.
Desde que terminó el colegio, para pagar sus estudios y ayudar en su casa, se desempeñó en distintos puestos y pasó por varios trabajos. Durante el verano de 2018 vendió ropa interior. Dejó su puesto cuando la llamaron para ser parte de tan solo un capítulo en Grantchester. Luego apareció en cuatro capítulos en Pennyworth, hasta que le llegó la gran oportunidad.
El casting de su vida
The Crown es la joya de su propia corona. El lugar en el que puede sacar a relucir su propio talento. Para quedarse con el lugar tuvo que competir con actrices de renombre y con un legado en la industria del cine. Además, de antemano, la incertidumbre para ella estuvo en poder cumplir las expectativas, lo que empezó a hacer desde el propio casting, aunque sabiendo que quien está del otro lado, sentado en un sillón, puede ser todavía mucho más riguroso que el más cruel de los directores.
También le pesaba no saber cómo iba a caer su interpretación en el Reino Unido, donde Diana dejó un gran legado y un amor propio que aun se respira en sus calles. Se juntaron una infinidad de cuestiones que no repercutieron Emma; al contrario, supo cómo sacarles provecho. “Todo el mundo me decía que ahora iba a ser famosa, que la vida iba a cambiar para mí. Eso me aterró, pero al mismo tiempo supe que era una oportunidad de crecer”.
“He estado enganchada a la serie y unirme a esta increíble y talentosa familia es fantástico. Diana fue un ícono y su efecto en el mundo sigue siendo profundo e inspirador. Poderme meter en su piel es la oportunidad más excepcional y me esforzaré al máximo para hacerle justicia”, comentó la actriz cuando comenzó a grabar su inclusión a la serie.
Al sumarse al elenco, lo hizo con pedidos especiales al director. Momentos complejos en la vida de la princesa que ella no quiso pasar por alto para darle más realidad a la serie, y que fueron aceptados. Uno de ellos, sus problemas alimenticios: la propia Diana hizo referencia al hablar de un pasado tormentoso. Fue una manera de que su historia sirviera como ejemplo; por eso Carrien quiso reflejarlo nuevamente en la serie.
“Antes de empezar a grabar estuvo ensayando mucho su lenguaje corporal con videos de ella. Ahí fue cuando decidí mandarle una nota al equipo de guionistas pidiéndoles que incluyan algo relacionado con su lucha por la bulimia para enseñar con más detalle lo mucho que condicionó su vida”, contó Corrin semanas atrás en Radio Times. “Hablar del tema de manera honesta era mostrarla con toda crudeza. Diana fue muy sincera sobre su experiencia con esta enfermedad y nosotros no debemos ser tímidos”.
En cuanto a su vida privada, Emma asegura no estar de novia y sostiene que es por una cuestión de tiempo libre, con el que, justamente, no cuenta. El enfoque en su trabajo le restó lugar para todo lo demás, pero no reniega de eso. “No tengo tiempo ni para cuidarme a mí misma…”, dijo al respeto, entre risas.
Otra de las particularidades, en un mundo conectado por las redes sociales, es que Emma, al contrario de lo que suele pasar con las personas de su edad, no tenía cuenta en Instagram. No era algo que le llamara la atención. Se abrió un usuario a mediados del año pasado, cuando quedó convocada para The Crown.