Los ministros italianos decidieron aplicar restricciones en todo el país este fin de semana para frenar las infecciones por coronavirus, pero acordaron relajar las mismas los días de entre semana.
Los italianos pasaron gran parte de la Navidad y el Año Nuevo en casa, y a las personas se les permitió salir de sus hogares solo por motivos de trabajo, salud y emergencias, o para viajes breves para ver a un número limitado de amigos o familiares.
Estas reglas vencen el jueves y los ministros acordaron en una reunión de gabinete del lunes por la noche volver al antiguo sistema de tres niveles, que permite que se apliquen diferentes medidas en diferentes regiones.
Sin embargo, todos los bares y restaurantes del país tendrán que cerrar este fin de semana, y los viajes entre poblaciones se mantendrán al mínimo.
El Gobierno también ha decidido posponer la reapertura de las escuelas secundarias al 50% de su capacidad del jueves al lunes. Algunas regiones, incluido el norte de Veneto alrededor de Venecia, han decidido retrasar la reapertura hasta el 31 de enero.
El número de casos diarios ha caído de un máximo de alrededor de 40.000 a mediados de noviembre a menos de 20.000 en la actualidad, pero la tasa de infección ha mostrado importantes oscilaciones, y cada día mueren cientos de personas.
Italia, el primer país occidental en verse afectado gravemente por la pandemia de COVID-19, ha registrado casi 76.000 muertes desde febrero, lo que supone la quinta cifra mundial más alta. Reuters