El chavismo cumplirá en febrero 22 años en el poder, pero los rostros que hoy encabezan el régimen dictatorial de la revolución bolivariana no son los mismos que acompañaron a Hugo Chávez en su ascenso a la presidencia en 1999.
Por Marco Colombo / infobae.com
A Nicolás Maduro se le vio siempre al lado de Chávez como su mascota fiel, primero como su guardaespaldas y chofer, luego como miembro de su proyecto constituyente, llegando incluso a presidir la Asamblea Nacional que surgió de ese proceso reformista, para más tarde convertirse en canciller, después en vicepresidente y finalmente en su sucesor en la presidencia en elecciones muy cuestionables. Pero esto no se repitió con quienes hoy forman parte de la más alta cúpula de poder dentro del régimen.
“Nicolás Maduro no solo en esa situación debe concluir el período, como manda la Constitución, sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable absoluta, total, es que en ese escenario que obligaría a convocar a elecciones presidenciales, ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente”, solicitó Chávez la última vez que se dirigió al país, antes de su muerte.
No obstante, desde el mismísimo momento que tomó posesión del cargo, Maduro emprendió una cruzada para ir eliminando lenta, pero paulatinamente, a todas las figuras que en su momento acompañaron al difunto Chávez en puestos claves y que durante años se rotaron en distintos cargos como si se tratara de superdotados capaces de estar al frente de múltiples áreas, pero que con el tiempo, demostraron justamente lo contrario, una despreciable incompetencia profesional y política, así como una ingeniosa habilidad para destruir las instituciones del Estado venezolano.
Es así que personajes como Rafael Ramírez, Jorge Giordani o Luisa Ortega Díaz, entre otros, terminaron en el exilio siendo opositores férreos a Maduro. Otros como Elías Jaua y los mismos familiares directos del ex presidente Chávez, fueron perdiendo protagonismo, quedando muy abajo en la pirámide de poder.
Durante este periodo de ocho largos y tortuosos años de la gestión Maduro, han sido otras las figuras quienes han empezado a emerger dentro del chavismo. Muchos de ellos eran mantenidos en los cuadros bajos de la revolución bolivariana y otros ni siquiera eran contemplados por Chávez para ocupar cargos importantes en su gobierno. Tal es el caso de Delcy Rodríguez, actual vicepresidenta del régimen.
Quiénes son los hermanos Rodríguez
Delcy Eloina Rodríguez Gómez es una abogada y dirigente política que durante sus primeros años ocupó cargos menores dentro de la administración de Hugo Chávez como coordinadora general de la vicepresidencia y directora de asuntos internacionales del Ministerio de Energía y Minas. Hasta que el mismo Chávez le dio un voto de confianza en febrero de 2006, ubicándola en el cargo de ministra del Despacho de la Presidencia.
Pero esa fiesta le duraría muy poco, porque tan solo seis meses después, en agosto de ese mismo año, “el comandante” la sacaría definitivamente del gobierno y en su lugar prefirió poner a su hermano, Adán Chávez.
Delcy tuvo que esperar hasta que Chávez se muriera para poder volver a ocupar cargos dentro de la “revolución”. Y es entonces Nicolás Maduro quien la saca nuevamente del armario y la pone en frente del Ministerio de Comunicaciones en 2013, comenzando así su ascenso indetenible en el régimen.
En 2014 fue nombraba canciller, convirtiéndose en una pieza clave para las relaciones de la dictadura con otros regímenes autoritarios. En ese cargo protagonizó varios escándalos, como la vez que pretendió ingresar por la fuerza a una reunión del Mercosur en Argentina a la que no fue invitada, debido a que Venezuela había sido suspendida por no cumplir con los requisitos para ser parte del bloque.
“Si nos cierran la puerta, como ha dicho el presidente Maduro, nos meteremos por la ventana, nos pondremos los zapatos de goma y entraremos por la ventana”, amenazó Rodríguez en esa oportunidad y luego denunció haber sido agredida por las fuerzas de seguridad del país austral sin presentar pruebas.
En 2017 la dirigente socialista presidiría la espuria Asamblea Nacional Constituyente convocada por el régimen e integrada solo por chavistas y un año después Maduro la nombraría como vicepresidenta de la dictadura venezolana, cargo que ocupa hasta la fecha, al tiempo que hace las veces de ministra de Economía y Finanzas.
Por otra parte, su hermano mayor por apenas 4 años, Jorge Rodríguez Gómez, es un psiquiatra que tampoco llegó al poder con Hugo Chávez en el 99´ sino que hizo su aparición en 2004 como rector y presidente del Consejo Nacional Electoral, cargo que se supone, según las leyes, debería ocupar una persona que no pertenezca a ninguna organización política. Sin embargo, Rodríguez venía de presidir movimientos estudiantiles de extrema izquierda.
En ese año se llevaron a cabo unas elecciones para revocar el mandato de Hugo Chávez y se empleó por primera vez el voto electrónico con las cuestionadas máquinas de la empresa Smartmatic, tan cuestionadas como los resultados obtenidos de esos comicios que mantuvieron al entonces presidente en el poder, cuyas irregularidades todavía hoy no han sido esclarecidas.
Después de su paso por ese poder “imparcial”, Jorge Rodríguez, “el máximo árbitro electoral”, fue designado por el mismísimo vencedor de aquellas elecciones -Hugo Chávez- nada más y nada menos que como vicepresidente de la República, cargo que ocupó hasta 2008, cuando se lanzó a la candidatura para ser alcalde del municipio Libertador de Caracas.
Por si fuera poco, Jorge Rodríguez ha sido el cerebro detrás de la propaganda política y del adoctrinamiento cultural e ideológico del régimen chavista. Además de estar al frente de todos los procesos de los supuestos diálogos en los que la oposición siempre ha salido desfavorecida por el incumplimiento de los acuerdos por parte de la dictadura.
Ya en 2017 Maduro nombró a Rodríguez como su ministro de Comunicación y el 5 de enero de 2021, fue designado como el presidente de la nueva Asamblea Nacional chavista, institución que carece de legitimidad por la irregularidad de las elecciones y el desconocimiento de casi 60 democracias del mundo que siguen apoyando y reconociendo a Juan Guaidó como máximo representante del Parlamento y presidente encargado de Venezuela.
Sin embargo, la instalación de Jorge Rodríguez en ese cargo, marca su ascenso dentro de la jerarquía del régimen, en momentos en los que la dictadura busca desesperadamente quitarse las sanciones impuestas por varios países encabezados por EEUU y el desplazamiento de otros dirigentes chavistas, como el mismísimo Diosdado Cabello, en un puesto tan clave como es el poder Legislativo.
Con la designación de Jorge en el Parlamento, los hermanos Rodríguez, pasan a convertirse en las fichas más importantes del poder, ya que son los principales sucesores de la presidencia, en caso de que Maduro tenga que ausentarse por cualquier causa.
El artículo 233 de la Constitución de Venezuela dice que en caso de que se produzca la falta absoluta del presidente, por “muerte, renuncia, destitución, incapacidad física o mental”, serán el vicepresidente o el presidente de la Asamblea quienes se harán cargo del poder ejecutivo, dependiendo de la situación.
Además, según el artículo 239 de la Carta Magna, donde se expresan las atribuciones de la vicepresidencia, se destaca que debe: “coordinar las relaciones del Ejecutivo con la Asamblea Nacional”, lo que se traduce en que Delcy debe servir como intermediaria entre Maduro y su hermano Jorge Rodríguez.
La venganza
Jorge y Delcy son hijos de Jorge Antonio Rodríguez, un guerrillero y fundador del partido marxista-leninista, Liga Socialista, que en los años 70 perpetró el secuestro del empresario estadounidense William Frank Niehous, quien era el vicepresidente de la compañía Owens-Illinois a quien acusaban de ser un espía de la CIA en Venezuela.
El crimen contra Niehous duró tres años y cuatro meses, siendo reconocido como el secuestro político más largo en la historia venezolana. Jorge Rodríguez (padre) fue capturado por las fuerzas de seguridad del Estado y tiempo después murió en la cárcel a los 34 años en 1976. Pese a que los reportes oficiales aseguran que se trató de un infarto, existen denuncias que señalan que Rodríguez fue sometido a una serie de torturas que le causaron la muerte.
A propósito de este caso, en 2018, Delcy Rodríguez aseguró en una entrevista estar “feliz en la revolución bolivariana, porque sabemos que esta es nuestra venganza personal de esa época oscura”.
“Sabemos que la revolución bolivariana, la llegada del comandante Hugo Chávez, fue nuestra venganza personal (…) todo lo que significa el socialismo bolivariano (…) para nosotros es redimir a nuestros mártires, a nuestros héroes” señaló la vicepresidenta del régimen.
La forma ambigua en la que algunos gobiernos que se definen como “progresistas” se están comportando frente al conflicto provocado por Maduro y las investigaciones adelantadas por la ONU, más específicamente en la Comisión de Derechos Humanos, presidida por Michelle Bachelet, que solo ha estudiado los crímenes cometidos desde 2014 en adelante, dejando por fuera los abusos de la era Chávez, indican que la izquierda internacional está apostando por salvar al chavismo como movimiento, pero para ello, existe la posibilidad que haya que sacrificar a Maduro.
En un momento en el que Maduro se encuentra con denuncias de las autoridades estadounidenses quienes lo señalan de mantener vínculos con el narcotráfico y el terrorismo, además de haber ofrecido una recompensa de hasta 15 millones de dólares a quien facilite su captura, sumado a las denuncias e investigaciones que recaba la Corte Penal Internacional contra el dictador, acusado de cometer crímenes de lesa humanidad, el camino a la coronación de los hermanos Rodríguez se hace cada vez más tangible.