El parto de Zaida Mejías, privada de libertad del Centro de Arresto y Detenciones Preventivas de Cabimas, fue atendido, a las 4.50 de la tarde del 8 de enero de 2021, por sus compañeras de pabellón. El procedimiento rudimentario provocó que el bebé adquiriera una bacteria en su ombligo. Ahora la familia de la interna y sus compañeras piden ayuda para comprar antibióticos.
“Le pedimos el apoyo a los custodios. Primero creyeron que era mentira. Luego pidieron una pimpina de 20 litros de gasolina. A la final terminaron sacándolos a las 6.00 de la mañana del 9 de enero de 2021 para el Hospital General de Cabimas”, comentó una de las privadas de libertad.
Según relataron a Una Ventana a la Libertad las internas, había sangre por todo el pabellón. “El bebé lo recibió una de las líderes y una de las mujeres más adultas ayudó a sacarle la placenta. Creemos que el bebé se contaminó cuando le cortamos el cordón. No había con qué y usamos un pedazo de hilo de tejer”.
Aunque no tenían mayores detalles de los medicamentos, una comitiva del pabellón hacía una colecta por todo el penal. “El bebé necesita unos antibióticos, pañales y por lo menos un teterito. Ella está bien”.
Las reclusas no sabían cómo sería el proceso ahora. Según comentan, este es el tercer parto que atienden ellas mismas en su pabellón. “No sabemos si dejarán entrar al bebé. El CONAS (Comando Antiextorsión y Secuestro de la Guardia Nacional) está afuera y no sabemos si ellos lo dejarán pasar”.
El CONAS se instaló, desde noviembre de 2019, en las afueras del retén de Cabimas. Su finalidad era disminuir el número de extorsiones que se planifican desde el recinto. Pero desde su arribo se han incrementado las denuncias y las protestas por las restricciones para el ingreso de agua, comida y porque se rehúsan a los traslados de los enfermos a centros de salud.