Los recientes brotes de COVID-19 en el noreste de China han sido causados por viajeros que han entrado en el país o han contaminado las importaciones de alimentos congelados, dijo el sábado el ministro de la Comisión Nacional de Salud (NHC) china, Ma Xiaowei.
El ministro añadió que el virus se estaba propagando a las zonas rurales y que el manejo de la reciente situación sanitaria ha puesto de manifiesto que las medidas de prevención y control se han relajado.
“Desde diciembre de 2020 se han producido brotes epidémicos en Pekín, Sichuan, Liaoning, Hebei y Heilongjiang”, según una declaración publicada en la página web del NHC, citando la sesión informativa de Ma.
“Tienen principalmente las siguientes características. En primer lugar, todos son importados del extranjero, causados por viajeros provenientes del extranjero o por artículos importados con la cadena de frío contaminada”.
El número total de casos sigue estando muy por debajo de lo que China vio en el punto álgido del brote a principios de 2020, pero la preocupación por una nueva ola está creciendo con el Año Nuevo Lunar a un mes de distancia.
El repunte en el número de contagios llega cuando un equipo de investigadores dirigido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se encuentra en cuarentena en la ciudad de Wuhan, donde se detectó la enfermedad por primera vez a finales de 2019. El equipo tiene como objetivo investigar los orígenes de la pandemia que ya ha acabado con la vida de dos millones de personas en todo el mundo.
En la última semana, China ha registrado un aumento en el número de casos diarios hasta alcanzar máximos de 10 meses. El 15 de enero se registraron 130 nuevos casos de coronavirus en el continente, frente a los 144 casos del día anterior.
De esos contagios, 115 fueron infecciones locales, 90 de los cuales se dieron en la provincia de Hebei, cerca de Pekín, que ha sido la más afectada en la última ola.
Reuters