El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, hablará el viernes con su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, en la que será la primera conversación entre los mandatarios de los países vecinos después de que el demócrata asumió el cargo esta semana.
La charla se dará apenas días después de que una caravana de migrantes, en su mayoría hondureños, fuera desmantelada en Guatemala luego de que los gobiernos centroamericanos, de México y de Estados Unidos acordaron cortarles el paso.
El tema migratorio fue uno de los que más escozor generó durante el mandato de Donald Trump. Sin embargo, al tomar posesión el miércoles, Biden revirtió algunas política antimigratorias de su antecesor como un polémico programa que obligaba a los solicitantes de asilo en Estados Unidos a esperar en suelo mexicano.
“Les comparto que los Presidentes Andrés López Obrador y Joseph Biden sostendrán hoy (viernes) por la tarde conversación telefónica”, escribió en su cuenta de Twitter el secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard.
“La relación bilateral avanza a partir de la comunicación y el entendimiento”, agregó el funcionario. Posteriormente, la plática fue confirmada por la Casa Blanca.
Desde que asumió como presiente de México a fines de 2018, López Obrador propuso enfrentar la migración hacia el norte atacando las causas que la generan, como la pobreza y la violencia.
Sin embargo, poco se ha avanzado en este aspecto y, cada año, miles de centroamericanos y caribeños emprenden una larga y peligrosa travesía a través del istmo y de México con la esperanza de llegar a Estados Unidos y vivir el sueño americano.
ROCES
Ciudad de México y Washington han chocado recientemente en temas de seguridad y energía.
El viernes, López Obrador sugirió a la agencia antidrogas estadounidense, DEA, investigar cómo se elaboró el expediente que llevó a la detención del exsecretario de Defensa mexicano Salvador Cienfuegos, un caso que provocó roces entre ambas naciones.
En materia energética, López Obrador busca fortalecer la presencia del Estado en el sector y su administración se ha enfrentado con inversores foráneos por medidas como restringir permisos a firmas privadas del ramo o amenazas de eliminar a órganos reguladores autónomos.
En la víspera, el mandatario mexicano aseguró que no habría cambios en su política energética.
Estados Unidos y México no sólo comparten una enorme frontera de más de 3,100 kilómetros sino que son grandes socios comerciales. Ambos países, junto con Canadá, integran el TMEC, un ambicioso tratado de libre comercio que mueve un flujo de bienes de 1.2 billones de dólares anuales.
Reuters