Para los venezolanos, el tramitar un documento de identidad en cualquier país, ha sido lo que llaman una verdadera odisea para quienes lo necesitan. Ahora, con la pandemia, es aún más difícil.
Por Álvaro Algarra | Voz de América
Los problemas que miles de venezolanos habían experimentado en el exterior, ahora se viven en el país. En medio de un calor sofocante y en la denominada semana de “flexibilización”, personas esperan en largas filas, manifiestan tener meses a la espera de obtener su cédula o pasaporte, sin obtener respuesta.
Los usuarios expresan, por ejemplo, que hay casos en que el trámite va en proceso, y el sistema informático lo borra.
“Yo hice mi cita por la página, me cobraron, pero no me dieron la cita, la cola no se mueve, vamos a ver si me atienden”, explicó Félix Ruiz, uno de los ciudadanos consultados.
Por su parte, otro de los consultados, Carlos Arrieche, comentó: “Realmente dicen que no tienen sistema, y que allí el servidor no funciona. Entonces, si esto está dispuesto por el presidente de la República, entonces ¿por qué las cosas no están funcionando como tienen que ser?”.
Otros afectados manifestaron cómo la situación impacta a la familia. “Realmente esto es una humillación, especialmente para los niños que deben estar más protegidos”, afirmó Claudia Gonzalez.
Estas situaciones no son nuevas para los venezolanos que viven en el extranjero. Aspirar a la renovación del documento de identidad es solo un sueño imposible y no pueden tener documento del país en que radican porque han entrado allí como asilados o, peor aún, indocumentados.
Anthony Herrera, experto en migración, expuso a la VOA: ”Tenemos que actualmente nueve países aceptan el pasaporte venezolano vencido, pero cada país tiene sus condiciones y limitaciones”.
A pesar de los reclamos, el régimen chavista informó recientemente que actualmente hay en funcionamiento 101 oficinas que seguirán prestando servicio para poder garantizar la identidad a los habitantes, así como la posibilidad de renovar el pasaporte desde el extranjero, donde opere un consulado venezolano.
El nuevo documento costará 200 dólares, el doble de lo que cuesta en Venezuela.