Esta semana por tres días consecutivos se ha llevado a cabo el juicio oral contra el sacerdote Aristeo Trinidad Baca, quien está acusado de violación reiterada durante tres años a una menor de edad en Chihuahua.
Por Infobae
El lunes el Juez escuchó las declaraciones de la víctima, quien señalaba que desde diciembre del 2015 hasta enero del 2018, sufrió tocamientos y otras agresiones por parte de Aristeo “todos los domingos”, dado a que la menor era monaguilla de la parroquia en la que el acusado servía.
A unos metros de la sala en la que se hallaba el religioso, la víctima –actualmente de 13 años– contó que a los 7 años comenzó a servir en la iglesia y un año después se convirtió en monaguilla.
Cada domingo llegaba unos 40 minutos antes del inicio de la misa acompañada de su padre, quien se enfocaba en acomodar el altar, preparar las túnicas, revisar la distribución de las sillas del templo, preparar el vino y el agua y dar las campanadas. Mientras, ella se quedaba en la casa parroquial a solas con el presbítero.
“Estoy en este juicio porque a mí me pasaron cosas que no debían y porque tengo que declarar lo que me pasó, porque lo que me pasó no es justo para nadie…me violaron mi derecho como niña, que no debían de tocarme ni hacer lo que me hicieron”, expresó en respuesta a las preguntas de la agente del Ministerio Público para narrar lo que vivió desde que tenía ocho años.
La adolescente dijo que la primera vez que fue agredida por Aristeo ocurrió en el 2015, en la casa parroquial ubicada en la colonia Santa María, y la última agresión la sufrió el 28 de enero del 2018. Su testimonio, al igual que el resto de la información, fue escuchada en la sala donde se hallaba el sacerdote y su equipo de abogados, las fiscales, integrantes de organizaciones civiles así como en un recinto preparado para que reporteros de diferentes medios de comunicación escucharan la diligencia –a la que solo se tuvo acceso por audio–, para garantizar el principio de publicidad que rige al actual sistema de justicia penal.
La ahora adolescente expuso que en una ocasión, en el 2015, Aristeo fue por ella a su casa para llevarla a comer un helado junto con los niños de la casa hogar que él dirigía y después la trasladó a la casa parroquial, donde inicialmente le pidió que jugaran escondidas, pero luego la sometió sexualmente, expuso el portal local La verdad de Juárez.
También, explicó una agresión sexual presuntamente sucedida en 2016, como en el mes de septiembre, cuando veían una película tapados con cobijas y a metros de sus padres, quienes no se percataron de lo que sucedió.
En una parte del interrogatorio, la fiscal le preguntó a la víctima por qué no se oponía a los ataques sexuales. Ella respondió que los primeros años no comprendía qué estaba pasando, solo se sentía muy incómoda cuando el sacerdote la tocaba y se entristecía. Después, cuando cursaba el quinto grado de primaria, le explicaron que nadie tenía derecho a tocar su cuerpo y ahí comprendió lo que estaba sucediendo.
“No sabía que era malo”, expresó.
En otra parte de su relato, la víctima recordó que ella empezó a negarse a servir como monaguilla y tampoco quería ir a la misa, por eso fingía que se quedaba dormida. Pero sus padres la regañaban y le decían que no debía dejar solo al cura.
Al interrogarla, la asesora jurídica le preguntó a la víctima qué espera de este juicio y la ofendida respondió: “pues no solo que lo echen a la cárcel, eso no es suficiente para mí, solo quiero que esté muerto ya”.
El martes, el padre de la menor también declaró respecto a la situación que atravesaron narrando los hechos desde su perspectiva dado que no estaba consciente de todo lo que realmente sucedía y como su confianza fue quebrantada por Aristeo, según su declaratoria.
“Me dijo que iba para pedirme perdón a mí, a mi hija y a mi esposa por los tocamientos que le hacía a la niña… qué había sido una estupidez lo que había hecho, así me dijo como tres veces”, contó el padre de la niña durante el segundo día del juicio oral en contra del clérigo.
El ahora testigo dice que en ese momento aceptó la disculpa porque no sabía con precisión qué había sucedido, se enteró hasta después que leyó la declaración de la víctima.
A puerta cerrada, una médica y dos psicólogas declararon en el tercer día del juicio oral que se sigue al sacerdote Aristeo Trinidad Baca, acusado de violación y abuso sexual a una niña. La primera de ellas dijo al Tribunal de Enjuiciamiento que sí encontró datos compatibles con un ataque sexual y otra de las profesionistas diagnosticó que a la víctima se le causó un daño emocional para el resto de su vida.
La especialista refirió también que será necesario que la víctima reciba tratamiento psicológico de por vida.
Al juicio oral pasaron 29 pruebas ofrecidas por la FEM, entre las declaraciones de 18 testigos así como documentos, una serie fotográfica y un video.
Aristeo Baca, de 76 años, fue detenido en febrero del 2019, hasta ese momento dirigía la parroquia católica Santa María de la Montaña, así como un complejo comunitario, integrado por una guardería, comedor infantil, clínica y asilo para ancianos.
La Fiscalía General del Estado, solicitó al juez una pena total de 83 años y 4 meses de prisión por el abuso sexual a menor desde los 8 hasta los 10 años.
Asimismo solicitó un pago por reparación de daños de 41,600 pesos, para un total de 52 sesiones de terapia psicológica a la víctima, quien actualmente tiene 13 años.
A Aristeo Trinidad Baca Baca, se le acusa de lo siguiente: Violación con penalidad agravada en diciembre de 2015. Abuso sexual con penalidad agravada en septiembre de 2016. Violación con penalidad agravada en enero del 2018.
La defensa del acusado es representada a cargo del abogado Jorge Alberto Soto, quien pide que se establezca su inocencia y dignidad por supuesta falta de pruebas.
Un grupo de abogados se solidarizó con la víctima y su familia y ofreció su apoyo para llevar un juicio penal transparente, aunque reconoce que hay desventajas en el proceso.
“Obviamente lo que es la protección integral de la víctima, en este caso la menor y la familia está en grave riesgo, verdad y sabemos, me consta por un testimonio de primera mano que efectivamente la familia ha sido amedrentada y tuvo que dejar el hogar, lo que queremos es un juicio justo, esperemos la protección que se proteja la presunción de inocencia, pero nuestro objetivo es que se proteja a la víctima de manera integral”, indicó Xóchitl Itzel Flores Olave, abogada de la familia de la menor.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos en Chihuahua, apoyará también a la menor y su familia para que se le brinde protección, mientras que la juez que lleva el caso, Raquel Carlos, fijó una segunda audiencia para vinculación a proceso del sacerdote Aristeo Trinidad para el próximo 14 de febrero y se le impuso la prisión preventiva.