La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó el miércoles una demanda de herederos de comerciantes de arte judíos de la era nazi, que pedían compensación a Alemania por una colección de tesoros de arte medieval.
Por Infobae
El tribunal dictaminó por unanimidad que Alemania tenía inmunidad soberana en los tribunales estadounidenses ante reclamos sobre la colección Guelph de cruces de oro, joyas y otras obras religiosas que van de los siglos XI al XIV.
Según han dicho los herederos, los vendedores se vieron obligados en 1935 a ofrecer la colección a precios reducidos a Prusia, entonces gobernada por el fundador de la Gestapo, Hermann Goering, en momento en que los nazis amenazaban cada vez más a los judíos. Sin embargo la Corte Suprema evitó comentar esta afirmación.
El tesoro terminó después de la guerra en exhibición en un museo en Berlín, y los herederos de los comerciantes han buscado una compensación más completa por las obras de arte, la cual valúan en 250 millones de dólares.
Los descendientes de los comerciantes acudieron a los tribunales de Estados Unidos para recuperar el tesoro, que aseguran tiene un valor de al menos 250 millones de dólares.
Alemania argumenta que los comerciantes no fueron estafados en 1935, si no que simplemente redujeron sus pérdidas luego de pagar demasiado por esa colección en víspera de la Gran Depresión económica iniciada en 1929.
Luego de no lograr obtener una compensación en Alemania, los herederos recurrieron a los tribunales estadounidenses, que han apoyado las reclamaciones de restitución de obras de arte arrebatadas a judíos por los nazis en las décadas de 1930 y 1940.
“Simplemente no era posible en 1935 que ningún negocio judío, y mucho menos los comerciantes que están en posesión del tesoro nacional alemán, consiguiera un trato justo de parte de quizás el ladrón de arte más grande y notorio de todos los tiempos”, dijo a la AFP en diciembre Jed Leiber, cuyo abuelo Saemy Rosenberg fue uno de los comerciantes.
Por más sólida que sea la demanda, los nueve magistrados de la Corte Suprema dictaminaron que Alemania estaba protegida por la Ley de Inmunidad Soberana Extranjera (FSIA), que aísla a los gobiernos extranjeros de las demandas en los tribunales estadounidenses, con solamente unas pocas excepciones.
La ley estadounidense, señalaron, gobierna a Estados Unidos “pero no gobierna el mundo”, y el caso Guelph es esencialmente una transacción entre alemanes en Alemania.
Por ejemplo, agregaron, Washington no recibiría bien la participación de un tribunal alemán en reclamos de derechos humanos de estadounidenses contra el gobierno de Estados Unidos.
También señalaron que Alemania tiene un sistema en funcionamiento para reparar las reclamaciones de la era nazi que ya proporcionó alrededor de USD 100.000 millones en compensación a los sobrevivientes del Holocausto.