No vaya a creer, amigo lector, que me estoy refiriendo a la famosa película y éxito taquillero de los años sesenta tipo western spaguetti, dirigida por el cineasta italiano Sergio Leone y protagonizada por el galardonado actor Clint Eastwood. Me refiero a la lucha encarnizada que mantienen la oposición y el gobierno venezolano, por los activos en dólares y oro depositados en los diferentes bancos fuera de nuestras fronteras, dejando de lado lo más importante: la agenda para resolver, sin demoras, la crisis que está llevando al país a un barranco cuyo fin no se divisa y sin posibilidad de recuperación ni salida.
Es una ironía que la Asamblea Nacional opositora saliente hablara de recuperar los activos del país en el exterior y la Asamblea entrante del régimen busque exactamente lo mismo, para completar el cuadro, diarios como The Washington Post publican reportajes de corrupción dentro del gobierno interino de Guaidó, pero también vemos en editoriales hablando de Maduro y denunciando su pésimo gobierno.
Dudar en la importancia que tienen para el país esos activos es impensable desde lo lógico o racional, pero, ¿son acaso la receta mágica que nos hará salir del hueco en donde nos metió la mala política? La respuesta es sencilla: definitivamente NO.
Los venezolanos necesitamos soluciones, ya es demasiado, debemos estar seguros de que cuando compremos el pan en las mañanas el precio sea el mismo, cuando salgamos a buscar gasolina la vamos a encontrar, o cuando trabajadores y pensionados cobren el dinero correspondiente este no sea una burla a un modus vivendi digno para cualquier ser humano.
Es difícilmente prioritario para un ciudadano en Venezuela absorber y ser parte en este tipo de lucha, la clase política debe entender el espectáculo que están dando, pero, para poder hacerlo tienen primero que aterrizar los pies sobre la tierra comenzando entonces a desarrollar planes donde la inclusión de todos los sectores sea el norte para el accionar, ejecutando así una estrategia de proyecto país, incorporando para ello a los mejores en las distintas áreas tanto en lo económico cómo en lo político y social.
Particularmente y así como la gran mayoría, tengo la idea de que el gobierno no ha logrado ni logrará solucionar los problemas de los ciudadanos, no pudo antes y tampoco podrá después; seguirá en ascenso la crisis y seguirán cometiendo los mismos errores en la gestión del pais, esto por supuesto no es motivo para que la oposición continue ciega ante la realidad, están obligados a replantear prioridades ya que los intereses particulares no pueden estar por encima del interés colectivo y el mensaje que deberian trasmitir no es precisamente el que los receptores estan percibiendo, y en los momentos actuales, con el peso que esto conlleva, la percepción lo es todo.
Siempre en cada oportunidad que tengo, hablo de la importancia en tener una estrategia de contraste que le pueda entregar a los venezolanos algo tangible por lo que luchar junto al liderazgo político opositor, algo que se entienda y sea posible lograr en la medida que se incorporen todos a la lucha pacifica y cívica necesaria, pero tambien explico los beneficios de mantener a la ciudadania al tanto de los pasos dados, no pueden existir reuniones de corte clandestino para la sociedad, todo país debe saber quién habla, qué se habla, y por qué se reunió, o mejor dicho, se reunirá.
Para nadie es un secreto el estado de desafección política que está sufriendo el venezolano, el orden de prioridades es opuesto al de su dirigencia, se hace necesario atender este problema, solucionarlo no es complicado, aunque para revertir este proceso de desafección imperante, lo primero es lograr que comience una reconexión, pero jamás se conseguirá mientras sigamos siendo espectadores de una batalla por un puñado de dólares.
FELO JIMENEZ
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