Desde México hasta Argentina, los reportes de ventas de supuestas vacunas contra el Covid-19 comienzan a aparecer en el radar de las autoridades. Expertos opinan que este nuevo nicho será uno de los negocios ilegales que más crecerá en 2021.
Por infobae.com
El 2021 será el año de la vacuna contra el COVID-19. Mientras los intentos de los gobiernos avanzan para tratar de hacerse con la mayor cantidad de dosis, los países más ricos acaparan la producción disponible, y la población mundial espera impaciente su turno para inmunizarse contra el mortal virus, un nuevo mercado negro surge en la sombra: el tráfico de vacunas.
Desde México hasta Argentina se han venido reportando incautaciones de cargamentos de vacunas falsas, operativos contra proveedores fraudulentos o contra inescrupulosos que venden supuestas curas contra la enfermedad que no son más que engaños.
En parte, estos “nuevos productos” suponen una flamante fuente de ingresos para las organizaciones criminales, que así como las economías legales también se han visto afectadas por la pandemia.
Así lo manifestó el experto en crimen organizado Frédéric Massé, para quien la reconfiguración de la economía criminal no supone cambios estructurales.
“Si es más arriesgado traficar un producto, el negocio se mueve hacia otro producto”, dice el Codirector de Red CORAL (Red de monitoreo del Crimen Organizado en América Latina).
Esto supone una incursión decidida en el tráfico de productos legales medicinales que se han popularizado como remedios anticovid, como la Ivermectina, el Remdesivir, la hidroxicloroquina o la cloroquina; pero cuya efectividad no ha sido comprobada y en varios casos descartada de plano.
Pero también algunas vacunas o supuestas vacunas, las cuales están apareciendo en los países latinoamericanos y del mundo, algo que ya ha encendido las alarmas de la INTERPOL que inició el 2021 emitiendo una alerta global de actividad criminal en torno a la falsificación, robo y publicidad ilegal sobre vacunas para el COVID-19 y otras enfermedades como la influenza.
Así se abre una nueva oportunidad depredadora para que la criminalidad monetice en medio de la pandemia.
México, un temprano epicentro
México fue el primer país de Latinoamérica en anunciar en diciembre pasado la llegada de la vacuna contra el coronavirus y en empezar su programa de vacunación.
Al país llegaron las primeras dosis de la vacuna desarrollada por Pfizer y BionNTech que se adquirieron en la región. Fueron unas 3 mil, de las 1,4 millones compradas en primera medida. Pero con casi tres meses transcurridos han sido muchas las polémicas alrededor de la distribución de la vacuna en México.
Una de las críticas más relevantes por el temor a las falsificaciones fue que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador permitió que los gobiernos federales pudieran suscribir contratos particulares para adquirir las vacunas y se encargaran de la distribución de las mismas en sus respectivos estados.
Esto descentralizó la cadena de distribución de la vacuna haciéndola vulnerable a la influencia de grupos criminales como el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), la Familia Michoacana o el Cartel del Golfo, quienes han estado muy activos durante la pandemia prestando asistencia a las comunidades, repartiendo víveres y organizando jornadas de salud, buscando cultivar apoyo popular y consolidar su control territorial.
De acuerdo con el portal InSight Crime, que se especializa en crimen organizado, esto representa un riesgo grande, pues de hacerse con los suministros de las vacunas, los carteles podrían venderlas a la población que ya confía en ellos con el pretexto de que son dosis robadas, abriendo una peligrosa puerta para la venta de vacunas falsificadas y el consecuente riesgo para la salud de las personas.
Algo que ya está sucediendo. El pasado 8 de enero el Consejo Nacional de Seguridad Privada de México confirmó la presencia de laboratorios creados para producir vacunas falsas contra el coronavirus. De acuerdo con información publicada por el medio local Milenio, este organismo identificó operaciones de este tipo en Jalisco, Tamaulipas, Chihuahua y Ciudad de México.
Así mismo, a principio de año el secretario de salud de Quintana Roo lanzó una alerta sobre “falsas brigadas de vacunación”, que iban a cada casa solicitando información personal a los residentes. A las personas se les decía que para recibir la vacuna debían entregar una copia de su credencial de elector.
Además, en ciudades fronterizas a Estados Unidos, como Tijuana, o turísticas como Cancún, no solo se están vendiendo vacunas en el mercado negro, sino certificados falsos de pruebas PCR que son exigidas a los turistas que entran y salen de México con destino o rumbo a sus países de origen.
La diversidad de vacunas que México ha adquirido contribuye a estas falsificaciones. Después de un retraso en las dosis prometidas por Pfizer y BionNTech el país empezó a negociar con Rusia la compra de su vacuna Sputnik V, la cual recibió una aprobación de emergencia para poder ser distribuida en el país. También con la compañía AstraZeneca la cuya vacuna empezaría a ser distribuida pronto en el país Azteca.
De acuerdo con el Ministerio de Salud Mexicano hasta el 3 de febrero se habían 686.601 vacunas de Pfizer y BionNTech. En esta primera fase la vacuna está dirigida exclusivamente a profesionales de la salud de los cuales 615.601 ya han recibido su primera dosis. A finales de este mes al país llegarán entre 1.6 y 1.7 millones de dosis de AstraZeneca.
El Ministerio ha sido enfático en afirmar que la vacuna no es de venta libre, y que de acuerdo con el plan de vacunación será distribuida de manera gratuita a la población cumpliendo con las fases establecidas.
No obstante, la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) sigue encontrando lugares donde ofertan vacunas falsas. Últimas alertas que emitió, durante esta semana, estuvieron dirigidas a perfiles en redes sociales que ofertaban equipo médico y vacunas de AstraZeneca
Del mismo modo, varias páginas de internet han sido bajadas por ofertar supuestas dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech. Una de ellas https://www.pfizermx.com, fue destacada por las autoridades mexicanas por la sofisticación en el diseño de su portal, el cual estaba plagado de logos oficiales de la compañía estadounidense alemana y del Gobierno Federal mexicano.
“No hay nadie autorizado para vender la vacuna. Si alguien dice que les va a vender la vacuna para el COVID, están cometiendo fraude y poniéndolos en riesgo”, dijo al respecto el subsecretario de prevención y promoción de la salud de México, Hugo López-Gatell, en una conferencia de prensa.
Alerta en toda América Latina
La preocupación no es exclusiva de México sino en todos los países de América Latina y del mundo.
En Colombia, por ejemplo, uno de los países donde la vacunación va más retrasada pues hasta la fecha no se ha puesto la primera dosis de ninguna de las disponibles, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos en Colombia (Invima), ya ha alertado que en el país se están distribuyendo algunas fraudulentas.
Recuerda el Invima que en el país la vacunación comenzará el próximo 20 de febrero, así que cualquier oferta promovida por páginas de internet y redes sociales es totalmente falsa y podría causar graves problemas de salud a quien acceso a estas sustancias.
“Han aparecido ciberdelincuentes que, a través de redes o cualquier vía electrónica, pretenden publicitar, con fines de comercialización, vacunas”, dijo al respecto Julio César Aldana, director de la entidad.
Según Aldana en el país ha habido casos de todo tipo de falsificaciones, desde falsos medicamentos, falsos programas y propuestas engañosas que afirman poder “saltarse” los turnos de vacunación, que en un primer momento estará concentrada en personal médico de primera línea y adultos mayores de 80 años.
Uno de los casos más preocupantes en el país fue la incautación de 27 cajas de Remdesivir avaladas en 18 mil dólares (unos 64 millones de pesos colombianos) en el aeropuerto de Cúcuta, una ciudad fronteriza con Venezuela donde hacen presencia numerosos grupos criminales, desde disidencias de Farc, estructuras del ELN y Clan del Golfo, entre otros.
De acuerdo con las autoridades, la mujer que transportaba el medicamento sin autorización de distribución en el país, lo transportaba a Antioquia, otra zona de fuerte presencia de grupos de crimen organizado, donde sería vendido en el mercado negro por todo el país.
“Nuestra salud podría estar en riesgo no solo por no tener una vacuna correcta, sino porque nos podrían inyectar cosas que podrían ser perjudiciales para la salud”, dijo a Noticias Caracol el infectólogo del Hospital Universitario Nacional Jorge Cortés.
Otro caso destacable sucedió en Ecuador a finales de enero donde la Policía desmanteló una clínica que operaba sin permisos y que estaba inyectando una sustancia desconocida a sus pacientes, quienes estaban convencidos de que recibían la inmunización contra el coronavirus.
El lugar fue cerrado y una alerta nacional emitida ante la posibilidad de que centros similares estuvieran operando en otras partes del país.
En Chile, país donde comenzó la aplicación a finales de diciembre de la vacuna de Pfizer y BionNTech, la Policía de Investigaciones (PDI) afirmó que la venta de vacunas falsas y otros remedios promocionados como curas del coronavirus había creído de manera desproporcionada.
“Se ha detectado, en este último tiempo, solamente por tema oferta de falsificación de vacunas en general, en la web ha habido un crecimiento más exponencial que ningún otro producto que conozcamos en la historia reciente”, afirmó Jaime Ansieta, jefe nacional de Delitos Económicos y Medio Ambiente.
Así mismo en Brasil se lanzó esta semana una campaña nacional para prevenir la vacunación con dosis fraudulentas. “Vacuna Pirata, ¡No!”, reza el eslogan de la campaña, la cual está enfocada en rastrear las posibles ofertas de estos productos por medio del internet.
Las autoridades en este país han identificado más de 2.000 páginas sospechosas de incurrir en este tipo de actividades, engañando al consumidor por medio de la oferta de vacunas falsas.
El patrón se repite en todo el continente y en el mundo. El principal factor de riesgo parecen ser las ventas por internet. Algo que quedó en evidencia tras un reporte de Check Point una agencia de ciberseguridad que demostró una tendencia en el aumento de las ventas de vacunas falsas en la Dark Web que entre diciembre 2020 y febrero del 2021 creció en un 400%.
Muchas de estas vacunas se ofrecen sin ningún tipo de distinción y se afirman que fueron “hechas en China”, donde esta semana se desmanteló una red asociada a la mafia que estaba vendiendo solución salina como si fuera la vacuna Sinovac, la cual ha recibido autorización para ser importada en Colombia, ya está siendo distribuida en Chile y estaría pronta a llegar a Argentina.
Aunque todavía no hay un vínculo claro entre estas ofertas de vacunas fraudulentas y grupos consolidados de crimen organizado, expertos en seguridad afirman que es “inevitable” que suceda porque estos productos son una adaptación natural para que estas organizaciones sigan generando ingresos.
“Innegablemente se va a generar un mercado negro de las vacunas” afirma Luis Fernando Trejos, experto en seguridad y crimen organizado. “En el caso colombiano esto se va a estimular a por la demora y las pocas claridades en el plan de vacunación”, sostiene, sin descartar que algo similar pase en otros países donde empiece a haber trabas para la distribución de las vacunas.
Para Trejos, la tendencia indica que los actores armados criminales no solo van a comercializar fuertemente con la vacuna, sino también con otros insumos médicos vinculados a la prevención y el tratamiento del coronavirus, como guantes, tapabocas, y medicamentos.
Al problema del crimen organizado se suma la dificultad propia de los países Latinoamericanos de acceder a un producto que escasea en el mundo entero y que está siendo acaparado por las naciones más ricas. Según datos de la Universidad de Oxford, en la región, que representa aproximadamente los casos de COVID-19 del mundo, hasta ahora, solo se han administrado un 3% de las dosis, un panorama que presagia un proceso lento para alcanzar la tan anhelada inmunidad de rebaño.