Deborah De La Flor ha sido florista durante más de 40 años. Nunca experimentó un febrero como éste.
“En el momento en que alguien envía una tarjeta de ‘Te amo’, otro envía una tarjeta de ‘Te amaba'”, dijo De La Flor, que está preparando ramos y tarjetas para el Día de San Valentín, el momento más activo y rentable del año para los floristas, mientras se asegura de que también se completen las órdenes de quienes perdieron seres queridos debido al COVID-19.
De La Flor, de 62 años, dirige De La Flor Florist & Gardens cerca de Fort Lauderdale, Florida.
A 8.000 kilómetros de distancia en Los Ángeles, el vendedor de flores Fernando Peralta ha ayudado en los últimos meses a más de 100 familias que han perdido a un familiar por coronavirus. Muchos eran clientes desde hace tiempo.
“Un día ves a ese cliente, al día siguiente no está más”, dijo Peralta, de 23 años. Y contó el caso de una madre que durante años había comprado flores para sus hijos. Recientemente, su hijo y su hija fueron a buscar rosas para el funeral de su madre.
Peralta trabaja en una zona de venta de flores de Los Ángeles que limita con Skid Row y el Fashion District, donde cruces funerarias de un metro hechas de rosas y alas de ángel blancas de rosas en caballetes bordean la acera junto a ositos de peluche florales del Día de San Valentín.
La industria de las flores de 35.000 millones de dólares está quizás más involucrada en la alegría, el dolor y los hitos familiares que cualquier otra. Los vendedores de flores llegan al Día de San Valentín el 14 de febrero con una cifra de muertos por COVID-19 cercana a los 460.000. En muchos estados, las tasas de mortalidad aún se encuentran en niveles diarios récord.
Mark Chatoff, de 56 años, presidente ejecutivo del California Flower Mall, uno de los mercados más grandes del país ubicado en el centro de Los Ángeles, dijo que cuando California impuso su primera cuarentena en marzo, algunos floristas cerraron sus puertas debido a que los matrimonios, graduaciones, convenciones y otros grandes eventos desaparecieron de la noche a la mañana. Luego vinieron los funerales por la pandemia.
Chatoff dijo que este mes “es el Día de San Valentín y de los funerales. Hemos estado ocupados debido a los funerales. Es agridulce. Estamos ocupados por las razones equivocadas”.
María Álvarez, de 25 años, una vendedora de flores de Los Ángeles, dijo que sus jefes en David’s Flowers se vieron obligados a rechazar a las familias que buscaban flores para funerales debido a la demanda del Día de San Valentín.
“Es triste. Nos rompe el corazón. Es realmente difícil decirle a una familia que no podemos hacer flores para su funeral”, dijo Álvarez. “Conocemos a muchos de ellos. Mandan a miembros de su familia al hospital, a los pocos días fallecieron. Nos cuentan sus historias. Tienen el corazón roto”, agregó.
Según la Sociedad de Floristas Americanos, el mayor grupo comercial que representa a la industria floral de Estados Unidos, la mayoría de las flores vendidas en el país se importan de Ecuador y México.
El aumento de pedidos en los últimos meses, muchos de ellos online, ha tensado la cadena de suministro. Esto ha llevado a la falta de espacio en los aviones y camiones para entregar flores suficientes a tiempo, dijo Christina Stembel, fundadora y presidenta ejecutiva de Farmgirl Flowers, una compañía nacional de comercio electrónico de flores. Reuters