Después de un viaje de casi siete meses, la misión Mars 2020 de la NASA, con el rover Perseverance a bordo, aterrizará el próximo jueves en Marte con el ambicioso objetivo de buscar restos de vida antigua por primera vez. Con la cuenta atrás en marcha, la tensión es máxima en el centro de control de la agencia espacial estadounidense.
Por: Judith de Jorge | ABC
Ingenieros e investigadores ultiman los detalles de la recta final y valoran una posible corrección de la trayectoria de la nave para elegir el punto de entrada atmosférico óptimo. Desde allí, el vehículo comenzará el descenso y se enfrentará a los llamados ‘siete minutos de terror’, el tiempo breve pero de vértigo que tardará en realizar unas complejas maniobras hasta posar sus huellas en el terreno.
Cientos de cosas pueden salir mal y Perseverance tendrá que hacerlas de forma completamente autónoma, sin que los equipos en tierra sepan si ha tenido éxito hasta once minutos y medio después. Además, probará dos nuevas tecnologías nunca antes utilizadas en el planeta rojo.
Aterrizar en Marte es toda una hazaña. Solo el 40 por ciento de las misiones enviadas por cualquier agencia espacial lo han conseguido. El lugar elegido para el Perseverance, del tamaño de un automóvil pequeño y similar a su predecesor Curiosity, es el cráter Jezero.
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