Estados Unidos condenó el martes una nueva acusación contra la depuesta líder civil de Birmania, Aung San Suu Kyi, y renovó sus exigencias para que sea liberada.
“Estamos preocupados por las informaciones de que los militares han acusado a la consejera de Estado Aung San Suu Kyi de otros actos delictivos”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, a los periodistas.
“Pedimos al ejército birmano que libere inmediatamente a todos los dirigentes civiles y políticos, periodistas y activistas de derechos humanos y otros miembros de la sociedad civil injustamente detenidos, así como que restablezca el gobierno democráticamente elegido”.
El golpe de Estado del 1 de febrero derrocó al gobierno civil de Aung San Suu Kyi y puso fin a una frágil transición democrática de diez años.
Desde entonces, los militares han seguido aumentando la represión, con la prohibición de concentraciones, el despliegue de vehículos blindados, detenciones nocturnas y refuerzo del arsenal legislativo.
La exdirigente, de 75 años, ya procesada por importar ilegalmente walkie-talkies, se enfrenta a una nueva acusación por violar la Ley de Gestión de Desastres Naturales, dijo a la AFP su abogado Khin Maung Zaw.
AFP