Jerusalén amaneció cubierta de blanco tras una tormenta de nieve que comenzó el miércoles por la noche y obligó a las autoridades a cerrar el transporte público y bloquear los accesos a la ciudad.
Por la mañana, los niños jugaban con bolas de nieve frente a las puertas de la Ciudad Vieja, mientras los fieles caminaban hacia los lugares más sagrados de las tres religiones que conviven en Jerusalén: el judaísmo, el islam y el cristianismo.
Según estimaciones del municipio de Jerusalén, algunas áreas de la ciudad vieron acumulaciones de hasta 15 centímetros de nieve.
Se espera que la tormenta se debilite este jueves, y cualquier precipitación se convierta principalmente en lluvia. Sin embargo, las temperaturas se mantendrán frías y podría haber fuertes vientos, especialmente en el norte y en la costa.