El presidente Jair Bolsonaro reiteró este viernes que impulsará “cambios” en la petrolera estatal Petrobras tras haber provocado una crisis la víspera, cuando dio a entender que podría intervenir en la mayor empresa de Brasil para impedir que siga elevando los precios de los combustibles.
“Les anuncio que tendremos cambios, sí, en Petrobras”, reafirmó el jefe de Estado en declaraciones que concedió a periodistas durante una visita a unas obras de trasvase de un río en Sertania, pequeño municipio en el estado de Pernambuco (nordeste).
“Jamás vamos a interferir en nuestra gran empresa ni en su política de precios”, matizó, “pero la población no puede seguir siendo sorprendida con ciertos reajustes (de los precios de los combustibles)”, afirmó el líder de la ultraderecha brasileña y cuyo Gobierno ha defendido hasta ahora una política económica de claro tinte liberal y sin intervenciones.
Bolsonaro aseguró que su intención es que los ajustes de precios puedan ser anunciados “con previsibilidad” y que “no sigan siendo un secreto de Estado”, y exigió “transparencia” a todos los ejecutivos que nombró en empresas estatales, incluyendo los de Petrobras.
El jueves, en tono amenazante en su habitual transmisión en directo por las redes sociales, el gobernante dijo que “alguna cosa va a suceder” en Petrobras, lo que fue interpretado como una advertencia de que podría destituir al presidente de la estatal o intervenir en la empresa para impedir que siga elevando los precios de los combustibles.
La polémica declaración provocó una crisis en el equipo económico del Gobierno y una caída de hasta el 5 % en las cotizaciones de las acciones de Petrobras (que es controlada por el Estado pero tiene acciones en bolsa) a media jornada este viernes, así como reacciones negativas de sectores empresariales y políticos contrarios a cualquier posible intervención en la petrolera.
Mientras que miembros del consejo directivo de Petrobras amenazaron con renunciar en caso de que Bolsonaro destituya al presidente de la estatal, Roberto Castello Branco, los pequeños accionistas alertaron que el jefe Estado tendría que convencer a todos los consejeros para poder alejar al ejecutivo.
El mercado bursátil en general reaccionó negativamente a las declaraciones del presidente debido a que, como el Gobierno redujo impuestos para compensar la subida de los precios de los combustibles, creció el temor de que la medida agrave el ya histórico déficit en las cuentas públicas.
Pese a que desde el inicio de su Gobierno en enero de 2019 ha defendido la política de precios de Petrobras, que ajusta periódicamente los precios internos de los combustibles a la cotización internacional del crudo, en los últimos días el jefe de Estado no ha ocultado su irritación por varios aumentos seguidos anunciados por la estatal.
Con los ajustes anunciados esta semana, el precio de la gasolina acumuló un aumento del 34,7 % este año y el del diésel, combustible usado principalmente para el transporte de cargas, del 27,7 %.
Esa elevación se produjo en medio de las amenazas de los camioneros de promover una nueva huelga nacional similar a la que paralizó el país en 2018 y que provocó elevadas pérdidas económicas.
Bolsonaro admitió que la política de precios adoptada por Petrobras, además de presionar la inflación, puede perjudicar su popularidad y el apoyo que recibe de los camioneros.
“Si en el exterior aumenta el precio del barril del petróleo y aquí en el país la cotización del dólar está alta, sabemos que eso tiene repercusiones en los precios de los combustibles, pero eso no puede seguir siendo un secreto de Estado. Le exijo transparencia a todos los que nombré en sus cargos”, afirmó este viernes.
Para agradar a los camioneros y a los consumidores y compensar los ajustes de los combustibles, el gobernante anunció el jueves que el Gobierno federal reducirá a cero durante los próximos dos meses la tasa de los impuestos que gravan tanto el diésel como las bombonas de gas de cocina en Brasil. EFE