¿Cuántas personas sienten la urgencia de estar presente de forma activa en sus redes sociales personales y corporativas y mantenerse conectado? En medio de todas estas actividades, tantas interacciones, de todos esos correos y llamadas que te ocupas en responder, y las páginas de noticias que sientes que debes leer para enterarte de todo y todo el tiempo, ¿cuáles de todas esas actividades son prioritarias y trascendentales? ¿Cuánta atención y tiempo dejas para enfocarte en lo realmente importante y de impacto para tu negocio?
Muchas de esas conductas se pueden atribuir a la falta de claridad en tu propósito. Cuando logras tener un propósito claro, eliminas las distracciones, logras gestionar el tiempo y mantener el foco en lo importante.
La concentración en las tareas importantes, se está convirtiendo en un reto constante en contra de todos los estímulos y toda la sobreinformación que llega por todos los medios. Gracias a esto, muchos terminan perdiendo el foco en lo verdaderamente importante para su propósito y negocio, como es planificar las acciones, encontrar clientes, prospectar, y así, generar resultados.
Una gran mayoría está convencida de que desconectarse con el exterior es tarea imposible, que es necesaria la conexión inmediata con todo, y al margen de lo que se esté haciendo, y a pesar de lo importante que resulte, interrumpen la tarea por atender una llamada de un cliente, o contestar un email, o responder en lo inmediato a la llamada de un compañero, socio o un hermano. Y actúan de esta manera porque no entienden de prioridad, ni de gestión del tiempo, ni de propósito. Y, ¿el resultado?: Improductividad.
Los tiempos actuales nos demandan mantener el foco en lo importante, podemos ser tan productivo como queramos, y de ello dependerán nuestros resultados. Centrarse en lo verdaderamente importante es una habilidad prioritaria a cultivar. Importante entender que cuando te dejas tentar por las distracciones, impactas de forma negativa a los resultados.
¿Cómo apagar tales distracciones y lograr centrar el foco en lo importante?, es una gran pregunta, y en respuesta comparto contigo unas claves que quiero que consideres y pongas en práctica a partir de ahora.
En primer lugar, aprende a valorar el silencio. Hablar y hacer son acciones que demandan igual energía. O te dedicas a hacer y enfocarte en una actividad, o a hablar de ello, y en todo caso, para tu propósito, creo que resulta más productivo, hacer. Por ello, aprende a valorar el silencio, deja la charla cuando deliberadamente quieras distraerte.
Construye listas de las cosas que te importan; delega y céntrate en aquellas tareas que realmente te corresponden a ti hacerlas. Establece las actividades con pautas de tiempo, procura estar 100 % en cada actividad. Evita distracciones.
Cuando tienes un propósito claro, no hay cabida a distracciones. Ante cada tarea, o actividad, por muy importante que parezca, hazte estas preguntas: ¿Si no hiciera esta tarea ahora, que pasaría, me arrepentiría mañana? Si la respuesta es afirmativa, entonces hazlo. Y si es “no”, entonces no lo hagas, delega, o posterga.
Estoy consciente que lo de concentrarse en un mundo tan cambiante y con saturación de fuentes de información como el actual, no es tarea fácil, pero lo puedes lograr. Es allí donde entra en juego el concepto del propósito.
El propósito es un tema fascinante que quiero seguir abordando y profundizando en un próximo artículo, porque cuando te trazas una meta clara con un propósito definido, sabes lo que hay que hacer y lo que importa, y entiendes de inmediato que lo demás es una distracción.