El punto fronterizo de Tijuana, México, que conecta con Estados Unidos, es uno de los lugares de procesamiento desde el pasado mes de enero, cuando comenzaron a entrar al país inmigrantes que aspiran a obtener el asilo y que habían permanecido en terrirorio mexicano por el ahora derogado Protocolo Para Protección de Migrantes (PPM) de la era Trump.
Por Laura Sepúlveda Arcila / Voz de América
Unos 26.000 inmigantes serán beneficiados, en virtud del giro dado en materia inmigratoria por el gobierno estadounidense de Joe Biden. El proceso está en curso ya también en el Paso, Texas, desde el pasado 19 de febrero. Avanza de forma escalonada, en grupos aproximados de 25 personas diarias.
Sin embargo, en uno de los tres puntos hablilitados para procesar estos casos la cifra asciende a 100 diarios. La meta del gobierno de Biden es procesar hasta 300 casos cada día.
En Tijuana, México, crece el reto migratorio, según pudo observar un equipo de la Voz de América que recorrió desde San Ysidro, en California, Estados Unidos, hasta Tijuana, para obtener detalles de cómo avanza el procedimiento. Por el momento ya escasean los recursos para atender a los migrantes. Solo hay un albergue financiado por el gobierno de ese país, mientras los otros, sin suficientes recursos, siguen acogiendo a inmigrantes.
Muchos de ellos traen trágicas historias de vidas, que esperan poder contar en las cortes inmigratorias estadounidenses.
“A mi esposo lo mataron también y el gobierno de Michoacán solo me dio pues una patada, no me quiso dar una indemnización, ninguna pensión por la muerte de mi esposo, yo tengo 3 hijos, de esto ya hace 6 años pero tengo 6 años, 7 años ya batallando, sacando a mis niños adelante”, dijo a la VOA María de los Ángeles Monguía, de Michoacán, México.
El esposo de Munguía era policía en Michoacán, explicó la viuda.
En el punto de procesamiento en Tijuana, la VOA pudo corroborar que allí la mayoría de los inmigrantes no provienen de los países del Triángulo Norte (El Salvador, Honduras y Guatemala), sino del propio México. Ellos también huyen de la violencia, pero a diferencia de los centroamericanos, no serán procesados por el MPP. Esa es la razón por la que entre ellos se incrementa la preocupación e incertidumbre acerca de cómo serán tratados sus casos.
“Pidiéndole (a Joe Biden) que nos abra las puertas (…) Sé yo y sabe el mundo entero, el dólar dice: “In God we trust”, en Dios confiamos. Pues nosotros confiamos en él que nos ayude”, dijo a la VOA la inmigrante hondureña Pineli Stuart, que aseguró que lleva tres años en México, esperando para entrar en EE.UU.
La administración Biden ha dicho que está enfocado en convertir el proceso inmigratorio de personas que buscan asilo en un procedimiento más “humano”, pero a la vez ha asegurado que las fronteras no están abiertas, y ha advertido que no sigan la retórica y accionar de los coyotes y traficantes de personas, argumentando que mienten para obterner dividendos económicos que ponen en peligro a miles de personas.
José María García, quien es director del albergue para inmigrantes en Tijuana Juventud 2000, uno de los que existen en la zona, explicó algunos de los retos a los que se han enfrentado en los últimos tiempos.
“Nosotros nos hemos visto en la necesidad de buscar apoyo en la sociedad civil, en grupos y organizaciones que nos han ayudado para seguir permaneciendo”, explicó García a la VOA.
Pese a las imperfecciones y a la incertidumbre de los que no son parte del MPP -y por lo tanto no es claro cómo serían abordados sus casos-, continúa avanzando el procesamiento de inmigrantes que han aguardado en México para ser escuchados en las cortes de Estados Unidos desde el mismo territorio estadounidense. Familias de este lado de la frontera, que emigraron antes, los esperan en sus casas. Muchos ya celebran la victoria.
“Significa un largo camino que me llevó a que sea un objetivo cumplido. Ha sido un sueño y aquí estoy”, dijo a la VOA el ecuatoriano Jimmy Vivanco, uno de los beneficados con los cambios inmigratorios impulsados por Biden.