En España crece el debate sobre la movilidad ante las próximas vacaciones de Semana Santa, y el Gobierno propone el cierre perimetral de las regiones para evitar un repunte del coronavirus durante unos días en los que los españoles aprovechan para viajar, después de la experiencia de las Navidades, tras las que hubo una tercera ola.
Además, quiere que se fije el toque de queda de 22.00 a 6.00 horas y se limiten las reuniones en espacios públicos o privados a un máximo de cuatro personas, medidas que deben consensuarse con los gobiernos regionales, que son los competentes en Sanidad.
Sin embargo, como es habitual, la Comunidad de Madrid, la región con la incidencia acumulada más alta de España (253 casos por cada 100.00 habitantes), se niega a esas restricciones, con el argumento de que no se puede asfixiar más a la economía.
También las Islas Canarias (Atlántico), con una incidencia de 107, se muestra contraria al cierre y propone excepciones como permitir el acceso a turistas a hoteles y alojamientos en algunas de ellas, así como a quienes regresen para visitar a los familiares, y a quienes se trasladen por motivos laborales.
En España, los contagios de coronavirus siguen en descenso y la incidencia acumulada media se sitúa en los 153 casos por 100.000 habitantes en 14 días, muy cerca del riesgo medio de transmisión del virus (por debajo de los 150 casos), según los últimos datos oficiales y el Ministerio de Sanidad considera que el momento es «absolutamente crítico» para evitar una cuarta ola.
EFE