Lo que hizo posible la victoria de la oposición en las parlamentarias de 2015 fue la coalición que se logró política y electoralmente, en esa elección la coalición se presentó con candidaturas apoyadas por las tarjetas de los principales partidos y de la MUD, que al finalizar el conteo resultó ser la tarjeta más votada porque el electorado sintió y le dio su confianza a la fuerza que representaba la coalición.
La experiencia de esa derrota le ha dado a Maduro y a los cubanos que lo asesoran o dirigen un aprendizaje, que ha producido nuevas tácticas para mantener con vida la estrategia de mantenerse en el poder a como dé lugar, la alternabilidad democrática no es una opción para el castrismo madurismo, por eso fueron diseñando un modelo electoral que les permita ganar elecciones para gobernar con una minoría, creando nuevos circuitos, modificando la proporcionalidad con ventajismo y principalmente criminalizando selectivamente a la oposición con acusaciones permanentes de complots, atentados y saboteos a instalaciones eléctricas y petroleras.
En el decálogo del régimen no hay 10 leyes sino una repetida las veces que sean necesarias como en Cuba, la dirigencia de la oposición, los Estados Unidos y Colombia son culpables de todo lo que ocurra, esa es la ley del enemigo necesario que toda revolución o autoritarismo tiene que crear para eximirse de su ineptitud y sus fracasos, la presunción de inocencia no existe para la justicia madurista, todos los que no compartimos la invasión consentida cubana somos culpables de algo.
Maduro no aceptará, a no ser que la presión lo obligue a ceder, que la oposición se presente unida en una coalición como en 2015, porque a pesar del ventajismo resultaría derrotado, tienen razón los que expresan que la unidad es el camino, que si acudimos a la cita electoral en una coalición unitaria saldremos vencedores, el problema es que de ninguna manera Maduro va a permitirlo, ha trabajado duro para despojar a los dueños de los partidos de las siglas y tarjetas, ha inhabilitado a casi toda la dirigencia de primera línea y obligado a marcharse y huir para salvar su integridad y la de sus familias a mucha gente valiosa, con algunos que alguna vez representaron a la oposición ha negociado a placer y unos cuantos se han vendido y disfrutan de fortunas súbitas que ocultan en paraísos fiscales. La tarea de demolición de la coalición opositora de 2015 ha sido paso a paso, sin tarjetas históricas de partidos, lideres inhabilitados o en exilio y el impedimento de registro de una tarjeta unitaria similar a la de la MUD, es prácticamente imposible que se dé un escenario de coalición opositora, menos ahora que Maduro asoma la posibilidad de una mega elección que además de gobernaciones incluya alcaldías, asambleas regionales y concejales. En este momento la única tarjeta unitaria que puede presentarse a cualquier evento electoral es la del PSUV, a menos como ya dije la presión internacional logre el milagro de unas condiciones, en ese caso si se abre una ventana por más pequeña que sea que permita la participación de una coalición, estoy casi seguro que la decisión de participar sería afirmativa, no como un calco del 2015 porque la realidad ha cambiado y el adversario ha aprendido de su derrota, mucho más que nosotros de la victoria del lejano 2015.