La Universidad tal como la conocimos ha sido destruida hasta sus cimientos, y otro no podía ser el resultado de un régimen cuya labor más notable ha sido la de reducir al país a la ruina más absoluta, De ahí, que se movilice frente a la posibilidad de buscar soluciones y de ahí los dilemas a que nos enfrentamos: rescate y/o construcción ex nihilo.
Algunos profesores han abordado este espinoso trance dicotómico planteando la necesidad de unas elecciones para el cambio de autoridades, otros que se aborde el dramático problema de aumento de salarios que nos ha llevado a que la gran mayoría de los profesores cobra menos de un dólar diario, y los más que plantean que ambos problemas deben abordarse en conjunto.
Sin embargo, sin restarle importancia y mucho menos dramatismo o necesidad a los planteamientos anteriores, otros grupos de profesores hemos planteado que los asuntos que habría que abordar por parte de toda la Comunidad Universitaria de profesores y estudiantes, es precisamente, que son los temas Académicos de la investigación científica en Ciencias Naturales, Sociales y Humanísticas en las nuevas condiciones de transformación social que ha impuesto el mundo pos-COVID-19, como fortalecer el pregrado debilitado por la emigración masiva de profesores, de igual manera, como restablecer las condiciones mínimas de una infraestructura de pre y postgrado que ha ido desapareciendo producto de la falta de presupuesto para su mantenimiento y además saqueada por las bandas delictivas que operan en su seno con toda impunidad, el drama de la falta de servicios estudiantiles mínimos ausentes de nuestras universidades y del cual disfrutan todos los cuerpos estudiantiles de la universidades que se precien de ese nombre. Estos son algunos de los problemas, porque la lista es demasiado larga, que deben ser discutidos hasta alcanzar consensos mínimos y que puedan representar objetivos por los que todos los profesores y estudiantes del país puedan construir un frente común de lucha, para que cada sector logre las reivindicaciones deseadas.
Creemos que las elecciones deseables, por supuesto, no son la solución mágica que algunos plantean, esta Universidad la destruyo el chavo-madurismo, y es su exclusiva responsabilidad. Un mero cambio de autoridades sin tener un plan de acción que dé respuestas a los problemas antes planteados solo colocaría a las nuevas autoridades ante los mismos problemas irresolubles con lo que se enfrentan las actuales: incapacidad para determinar un salario decente para sus docentes; garantizar el inicio de actividades docentes, de investigación y de extensión o su continuidad; la recuperación de la infraestructura física y tecnológica, bibliotecas, comedores estudiantiles, entre otras. Nuevas autoridades con el régimen actual estarían reducidas a la impotencia.
Por ello proponemos que todos los sectores universitarios nos avoquemos a pensar en un plan concertado de la nueva Universidad, que incluya: las nuevas condiciones académicas de docencia, investigación y extensión, las nuevas formas de organizar nuestros objetivos fundamentales, las formas de financiamiento de la Educación Superior, construir un frente común de lucha y de este modo evitar dividirnos en una pelea electoral.
Evitemos el mayor peligro para quienes luchamos por un país democrático, que es hacerle la tarea al régimen; cuya única solución es comenzar a transitar el camino de la privatización universitaria para el enriquecimiento de los suyos y como mecanismo de extorsión y sujeción de lo que aún queda de clase media.