El activista, con la cabeza rapada, dijo que nunca había visto un ambiente de tanta tensión, con presos totalmente obedientes ante la permanente vigilancia de los guardias, a 100 kilómetros de Moscú.
Por Infobae
El líder opositor ruso Alexei Navalny llamó “campo de concentración” a la cárcel en la que cumplirá su condena, la prisión número 2 de Pokrov, en la región de Vladimir.
“Debo confesar que el sistema carcelario ruso logró sorprenderme. No imaginaba que fuese posible armar un verdadero campo de concentración a cien kilómetros de Moscú”, escribió en una carta que sus abogados publicaron en la cuenta del opositor en Instagram, en la que una fotografía le muestra con la cabeza rapada. “Tres cosas me siguen sorprendiendo: el cielo estrellado sobre nosotros, el imperativo categórico en el fondo de cada uno, y la increíble sensación de pasar la mano por su cráneo recién afeitado”, dijo el opositor de 44 años.
Navalny fue trasladado el viernes pasado desde la prisión preventiva de Kolchúguino, en la misma región, y los abogados desconocían su paradero hasta este lunes, cuando pudieron visitarle.
El opositor aseguró no haber visto “violencia alguna”, pero por la tensión de los presos, “estirados y con miedo a girar la cabeza, me parecen creíbles todas las historias de que aquí, en la cárcel número 2 de Pokrov, hasta hace poco golpeaban a los reos con martillos de madera hasta dejarles al borde de la muerte”.
“Ahora los métodos han cambiado, y diré honestamente que no recuerdo otro lugar en donde todos hablen con tanta educación y hasta en cierto sentido, de modo afable”, observó.
Además, el opositor se refirió al incontable número de reglas en la prisión, que incluyen la prohibición estricta de decir palabrotas o hablar en jerga. “Imaginen una cárcel en la que no se dicen palabrotas. Algo terrible”, ironizó.
El opositor señaló que, al estilo de la novela “1984” de George Orwell, en todas partes hay cámaras y ni la menor infracción pasa inadvertida, una especie de “educación por medio de la deshumanización”.
Navalny señaló también que, como preso “proclive a la fuga” -como ha sido calificado por las autoridades- es objeto de una constante vigilancia e incluso de noche es fotografiado por sus guardas cada hora. “Luego me duermo tranquilo pensando en que hay gente que se acuerda de mi y nunca me perderá de vista. ¿No es eso algo formidable?”, concluyó con sarcasmo.
El opositor recibió la visita de su abogada, Olga Mijáilova, en Pokrov.
“En estos momentos se encuentra en cuarentena, junto a otras seis personas”, afirmó la abogada, citada por la agencia rusa Interfax, y aseguró que el opositor estaba “animado y alegre”.
La prisión en la que se encuentra ha sido descrita como particularmente dura por varios exdetenidos. El opositor Konstantin Kotov, que pasó allí más de un año, dijo que los reos de ese centro apenas tienen tiempo libre y que están prácticamente aislados del mundo exterior.
Lejana herencia del Gulag, esta cárcel hace parte hoy de los 684 campos de trabajo que reciben a 393.000 presos en Rusia.
Navalny, el opositor más vociferante del presidente ruso Vladimir Putin, fue arrestado el 17 de enero a su regreso de Alemania, país donde pasó cinco meses mientras se recuperaba de un envenenamiento con una neurotoxina del que culpa al Kremlin. Las autoridades de Rusia han rechazado las acusaciones.
Navalny fue condenado a dos años y medio de cárcel por un antiguo caso de estafa y lavado de dinero, pero cumplirá sólo dos años y medio, ya que se le descuentan los diez meses que pasó en arresto domiciliario y el tiempo que estuvo en prisión preventiva desde su detención el 17 de enero a su regreso de Alemania.
El opositor acusa Putin de ordenar su asesinato al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).
La detención de Navalny provocó importantes manifestaciones en Rusia, a las que las autoridades respondieron con más de 11.000 detenciones. La UE y Estados Unidos exigen la “liberación inmediata” de Navalny.
Expertos de la ONU reclamaron una investigación internacional sobre su envenenamiento y la UE y Estados Unidos sancionaron a altos funcionarios rusos en este caso.