El Comisionado Presidencial para la Emergencia en Salud y Atención sanitaria a los migrantes, José Manuel Olivares, Informó que casi el 80% de las terapias intensivas en Venezuela están ocupadas y tanto el sistema de saludo público como el privado se encuentran colapsados.
Aseveró que a un año de la pandemia en Venezuela no se ha producido ningún tipo de mejoría en los centros de salud, “no se ha aumentado la capacidad de camas ni en el área de terapia intensiva de ningún hospital”.
Información dada a conocer por el parlamentario este martes 16 de marzo en la sesión de la Comisión Delegada de la Asamblea Nacional, donde se debatió como primer punto el incremento exponencial de contagios del COVID-19, el colapso de la precaria infraestructura de salud, las nefastas y criminales políticas del régimen de Maduro en relación a la pandemia.
Olivares indicó que la mayor capacidad hospitalaria en Venezuela se encuentra en la Gran Caracas y tan solo en la ciudad capital y el estado Miranda cuenta con 33 ventiladores para pacientes COVID-19. “Que quedará para el interior del país donde ni siquiera hay unidades para el traslado de pacientes con cualquier patología”.
No es la variante brasileña sino la improvisación por parte del régimen
Sobre la variante brasileña, el Comisionado Presidencial quien es médico de profesión con una especialidad en oncología, catalogó de cuento por parte del régimen de Maduro y aseveró que la actual situación del COVID-19 en el país es producto de la irresponsabilidad de los carnavales.
“Esta es la irresponsabilidad de querer poner en el país una parranda, una burbuja económica sobre el cadáver de médicos, enfermeras y de cientos de venezolanos. No es ningún efecto de la variante brasileña, sino es el efecto de la improvisación, de no hacer pruebas PCR, no utilizar las maquinas adquirida a través de la donaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y no ampliar la capacidad de los hospitales, sino de querer hacer una parranda y hoy pasa factura”.
En todo el país solo hay 140 camas de terapia intensiva para atender los pacientes con COVID-19. El hospital Miguel Pérez Carreño y el hospital General Doctor José Ignacio Baldó, mejor conocido como El Algodonal, no cuentan con ventiladores para atender pacientes.
Sobre el recién anuncio de Maduro del “cerco sanitario” y una flexibilización limitada y parcial en la región capital y en el estado Bolívar, dijo que era una burla para el venezolano, por lo tanto, manifestó que el usurpador es incapaz de proteger a nadie, en este sentido, hizo un llamado a todos los ciudadanos a cuidarse, a utilizar la mascarilla debidamente,“ todo esto más el lavado de las manos son indispensable para la protección individual, ya que la nación no cuenta con un sistema de salud robusto que atienda al venezolano”.
El régimen ha jugado al COVID-19 vacacional
En este punto tomó la palabra el diputado Ángel Torres y se refirió al fallecimiento por COVID-19 de Emilio Arvelo, intérprete de “Hay, qué noche tan preciosa” en este sentido, dijo que como él cerca de 1.500 venezolanos han sido víctimas fatales producto de la pandemia según cifras del régimen.
“Muchos de esos casos se pudieron haber evitado, pero la voluntad de hacer las cosas distintas y priorizar la salud y el bienestar de la gente no existió, realmente nunca ha existido ni existirá para quien ponen el llenado de sus bolsillos por encima del progreso de un país. Mientras estos infelices usurpen el poder no habrá voluntad de hacer política de verdad”.
Aseguró que quien ha apostado a la muerte es el régimen corrupto y destructor y quien ha colocado esta situación a la altura de un juego es Maduro, por desestimar toda la seriedad con la que hay que enfrentar la pandemia.
“El régimen ha jugado al COVID-19 vacacional, como si el virus no trabajara en días festivos, carnavales felices, divertinaje populista y malos chistes, esa es la política que utiliza para lidiar con el coronavirus”.
Torre manifestó además que el incremento de los casos se da como consecuencia de la nula aplicación de mecanismos de resguardo y cuidado por parte de un sistema de salud destruido por la dictadura.