Alberto Borregales: La Máquina Abstracta Rizomática

Alberto Borregales: La Máquina Abstracta Rizomática

¿Qué pasa sobre el cuerpo de una sociedad? Flujos, siempre flujos, y una persona siempre es un corte de flujo. Una persona, es un punto de partida para una producción de flujos, un punto de llegada para una recepción de flujos, de flujos de todo tipo; o bien una intersección de muchos flujos.

Ahora bien, esta máquina de flujos es abstracta e inmanente. No tiene punto de partida ni tampoco punto de llegada. Emerge de un “entre”, de un “medio”. Es parecida a la conjunción que une en el cuerpo discursivo a dos o varias ideas en el espacio literario, político, poético, artístico y referentes que tengan en su interioridad un código que indique una UCI, como lo designaría Umberto Eco en su monumental trabajo Tratado de Semiótica General: Unidad Cultural Ideológica.

Esta “Y” conjuntiva incursiona como flujo a través de un Plano de Inmanencia que habita en la naturaleza y es poderosamente abstracta.

Michel Foucault la describe como positiva y circula y nos atraviesa como una fuerza que está en todas partes. Él le da el nombre: “Microfísica del Poder”.

Este Poder es inmanente a cada individuo, a cada grupo, a una población, a un territorio, a una pareja, a todos los elementos que viven y cambian en

La Naturaleza, sea cósmica, sea caósmica. Sea molar (multitud) o molecular (individuo).

En el poderosísimo texto de Foucault “Microfísica del Poder”, hallamos un cuerpo discursivo en entrevista titulado: “Las Relaciones de Poder Penetran en los Cuerpos”.

Allí Foucault plantea que “Hasta ese momento (de su abordaje investigativo) me parece que aceptaba la concepción tradicional del poder, el poder como mecanismo esencialmente jurídico, lo que dice la ley, lo que prohíbe, lo que dice no, con toda una letanía de efectos negativos: exclusión, rechazo, barrera, negaciones, ocultaciones, etc”.

Todos siempre adjetivos calificativos de negación. De impedimentos de los flujos, de coacción, represión; de arrinconamiento de la Inmanencia en estado afirmativo que habita como gran Máquina Abstracta en la Naturaleza.

Continúa más adelante en la entrevista en el texto citado: “Entre cada punto del cuerpo social, entre un hombre y una mujer, en una familia, entre un maestro y su alumno, entre el que sabe y el que no sabe, pasan relaciones de poder que no son la proyección pura y simple del gran poder del soberano sobre los individuos; son más bien el suelo movedizo y concreto sobre el que ese poder se incardina, las condiciones de posibilidad de su funcionamiento”.

En consecuencia, nos topamos con lo que se denomina “relaciones de dominación”. Este entramado está disponible en todo el cuerpo societal y nace hereditariamente en sucesión, en el regimen monárquico*.

Véase: Anthony de Jassays. “La Lógica del Poder Político”.

Ya en los Diálogos de Platón se aprecia el Constructo totalitario de las relaciones igualitarias entre los “sujetos”. “El Giorgas”, “El Banquete”, “El Fedón”, “Cratilo”, apreciamos ese esbozo.

Disculpen los platónicos, los sofistas y los neo-platónicos Hoy.

De esta forma, continuamos con Foucault: “Pienso que conviene desconfiar de toda una temática de la representación que obstaculiza los análisis del poder, que consistió durante largo tiempo en preguntarse cómo las voluntades individuales podían estar representadas en la voluntad general. Y actualmente es la afirmación, repetida constantemente, que el padre, el marido, el patrón, el adulto, el profeso, “representa” los intereses de una clase. (…)

En general, creo que el poder no se construye a partir de “voluntades” (individuales o colectivas), ni tampoco se deriva de intereses. El poder se construye y funciona a partir de poderes, de multitud de cuestiones y de efectos de poder. Es este dominio complejo el que hay que estudiar.

Ahora bien, sobre estas premisas foucaultianas me regularizaré discursivamente con otro texto del mismo autor llamado Teathrum Philosophicus donde él mismo anuncia que el próximo siglo será deleuziano.

La Voluntad de Poder Nietzscheana.

Conocemos de la crítica de la metafísica que realiza Nietzsche a occidente. Lo que denomina “La historia del más grande y largo error”; error que se inaugura en Sócrates hasta el cierre de ese sistema de pensamiento metafísico que concluye con la dialéctica hegeliana y la constitución del mundo dicotómico, binario y trascendental que hoy trata de penetrar con los rudimentos de la Máquina Poscapitalista, el conglomerado deslegitimado del PCCH, Deep State, Islam reductivo, Rusia reactiva, Medio Oriente implosivo, desfasado y oxidado “mundo” cosificado y alienado “sistema” socialista-comunista latinoamericano en versión de Foros de Puebla y Sâo Paulo y el financiamiento del “Estado” fallido y forajido corrupto, criminal narco-autodestructivo territorial y poblacional como el que el mundo globalizado conoce.

La construcción de un regimen igualitario-comunal que tendrá como precepto el encierro, la domesticación, la sumisión, la obediencia, la represión, la violencia psíquica, el terrorismo de “Estado”; en definitiva, un archipiélago carcelario, Gulag, panóptico, sin afuera, al decir de Kafka y Orwell, una: “Colonia Penitenciaria”, un “1984”.

Eugen Fink en su trabajo La filosofía de Nietzsche cita lo siguiente: “Si “Así habló Zaratustra es la parte constructiva de su filosofía, las obras de los años siguientes son la parte destructiva . En ellas práctica la filosofía del martillo. Los martillazos de su crítica los asesta contra la religión, la filosofía y la moral tradicionales. (…) Y así como el cincel del artista se ensaña con la piedra cuando quiere liberar la imagen que yace en el bloque de mármol, así el martillo de la crítica se ensaña con el hombre (designado como el “último hombre”, gregario y de rebaño) tal como este es y tal como se entiende a sí mismo. En el hombre duerme la imagen del superhombre”.

* Destructiva refiere a un rehacer, un renacer. Es, desde la perspectiva de una genealogía de la moral, una labor deconstructivista (Derrida), arqueológica-genealógica (Nietzsche/Foucault), inmanente (Deleuze).

Este nuevo Hombre se emparenta magistralmente a los creados en los Comics norteamericanos, la máquina abstracta Imperial los concibe como superpoderosos, superhéroes. Superman encarna ese poder, que atrapado en el lenguaje metafísico de sus historietas, viene de fuera, es de otro planeta y que en su condición trascendental, hará justicia en la Tierra para devolver así la convivencialidad y el Contrato Social.

Subjetivación y Máquina Abstracta Republicana Imperial.-

Parte II.- (En construcción).

* Superhombre.

“¡Ay, hombres, en la piedra dormita para mi una imagen, la imagen de mis imágenes! ¡Ay, que ella tenga que dormir en la piedra más dura, más fea! Ahora mi martillo se enfurece cruelmente contra su prisión. De la piedra saltan pedazos: ¿Qué me importa? Quiero acabaro: pues una sombra ha llegado hasta mí; ¡la más silenciosa y más ligera de todas las cosas vino una vez a mí! La belleza del superhombre llegó hasta mi como una sombra. ¡Ay, hermanos míos! ¡Qué me importan ya los dioses!”. En principio, este punto de partida de Nietzsche es consecuente. Si debe venir el superhombre, que es el ser que conoce la muerte de Dios, la voluntad de poder y el eterno retorno,* si el superhombre debe ser el futuro humano, ? entonces resulta preciso aniquilar y destruir la humanidad que está determinada por la tradición occidental; es necesario luchar inexorablemente contra el platonismo y el falso cristianismo.

* Eterno Retorno.Sistema de pensamiento en Nietzsche. Analizado por Martin Heidegger: “Nietzsche”. 2 Tomos y Diferencia y Repetición de Gilles Deleuze. “La Diferencia en sí”. Cap I y La Repetición para sí. Cap. II

? Este futuro humano no está concebido desde lo posthumano bio-cibernético cuantitativo del Deep State en exterminio de la humanidad, ni tampoco pandémico desde la mirada reduccionista del virus maoista.

Esta novedosa construcción parte de un inquietante y vasto campo de sensaciones y multiplicidad de intensidades que se abren y extienden en el camino del “Ser” y de lo “humano, demasiado humano” que se constituye a cada momento en el movimiento incesante de la existencia, de la pulsión de vida, que vive en cada uno de los seres de este planeta (Globalización), que no es lo mismo que “globalistas” o la intolerante lectura que se percibe de la “Sociedad abierta y sus enemigos” de K. Popper.

Es sencillamente una genealogía de la moral ya planteada por el pensamiento de la Sospecha (Freud, Marx, Nietzsche) y sus corrientes de pensamiento: Escuela de Frankfurt, Marxismo Occidental, Neo-nietzscheismo, arqueológico-genealógico, Pensamiento Complejo, Vitalismo, Esquizoanálisis (Deleuze-Guattari), los anti-hegelianos, la sociología norteamericana, Marshall Macluhan y la Aldea Global, I. Goffman e Internados, el pensamiento hispanoamericano del S. XIX.

Nada que ver con el apocalipsis actual de dominio y represión.

“Una sociedad puede codificar la pobreza, la penuria, el hambre; lo que no puede codificar, es cuando aparece esa cosa, entonces se dice: ¡qué es esa gente?! Entonces, en un primer momento, se agita el aparato represivo (narco-totalitario), si no se los puede codificar, se intenta aniquilarlos. En un segundo momento, se intenta encontrar nuevos axiomas que permitan, bien que mal, recodificarlos.

Sin duda es el papel implosivo de la maquinaria despótica y salvaje, mantener psico-escenarios que contengan los espíritus libres y libertarios distanciados de las formas positivas del Poder que fluye y transita y no de aquel que negativamente obstruye, colapsa y reduce los flujos de vida activa, afirmativa y positiva.


Alberto Borregales el Licenciado en Letras

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