El Ministerio de Asuntos Exteriores chino convocó este martes a la embajadora británica en Pekín para expresar su protesta por la imposición de sanciones como consecuencia de los supuestos abusos de derechos humanos a los que China somete a la minoría musulmana uigur en la región de Sinkiang.
El paso se da después de que la UE, EE.UU., el Reino Unido y Canadá anunciaran este lunes que impondrán sanciones contra los ciudadanos chinos vinculados a Sinkiang, una región autónoma al noroeste de China, donde dicen que la población musulmana de la etnia uigur es víctima de un genocidio.
En respuesta, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China amenazó con castigar a la Unión Europea con sanciones más duras si no deja de dar a Pekín presuntas lecciones sobre derechos humanos. La Cancillería china advirtió que las sanciones europeas “interfieren gravemente” en sus asuntos internos, “violan flagrantemente el derecho internacional y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales” y “socavan gravemente” las relaciones entre Pekín y Bruselas.