No fue en China, ni Tailandia, ni Brasil o Estados Unidos, donde suelen ocurrir casos. El increíble y hasta anecdótico caso ocurrió en el barrio Villa Javier, en el sur de Bogotá.
Adriano Gómez, dueño del local Las Arepas del WhatsApp, contó cómo el robo del cual iba a ser víctima terminó en una charla con un final impensable y hasta insólito. El poder de su palabra terminó por doblegar a un joven de aproximadamente unos 24 años, a quien le dicen ‘Lucho’.
De acuerdo con lo contado a EL TIEMPO por el propietario del local, que el pasado sábado cumplió apenas un mes de inaugurado en la zona, el jueves 18 de marzo, bien temprano, cuando se disponía a abrir el local con las dos personas que le colaboran en la atención, fue abordado por un joven, visiblemente alterado, que quizá bajo los efectos de alguna droga o sustancia psicoactiva, entró al lugar y con un arma en la mano ordenó que entregaran sus pertenencias, celulares y el dinero de la caja registradora.
Gómez, asustado y sorprendido por la escena, con las manos arriba, le indicó al ladrón que lo único que había disponible en ese momento eran unas arepas que estaban en el asador y que lo podía acompañar con un jugo de guanábana, en leche o en agua, que son la especialidad de la casa.
Transcurrieron unos segundos de suspenso y el joven, que aún no bajaba el arma, le apuntaba con decisión a Génesis, quien estaba cerca de la caja registradora. En seguida, Adriano le insistió al joven que se calmara y le explicó al hombre armado que “la persona a la que usted le está apuntando es una chica que lleva apenas un mes trabajando con nosotros y es madre de tres hijos, no le haga daño”.
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